Teresa Rey
Cuál
Conoce las últimas cinco tendencias de la revolución digital en salud
Algunas de las nuevas tecnologías en este sector ayudan al ahorro de costes y a un control mayor
La revolución digital ya está aquí, forma parte de nuestras vidas y abarca muchos ámbitos que nos rodean: en casa, en el trabajo, en las relaciones, en el ocio y, por supuesto en la salud. Precisamente dentro de este campo los expertos aseguran que ya se están apreciando cambios importantes en el presente y en el futuro de la medicina, la sanidad y los servicios sociales, a través de lo que se denomina la e-Salud.
Ahorro de tiempo y autocuidado
En el informe El paciente digital y la e-Salud de la Fundación Merck Salud (@fundmercksalud), se realiza un análisis sobre esta realidad ya presente entre nosotros. En este análisis se asegura que hay muchas experiencias nacionales e internacionales que muestran las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están favoreciendo el autocuidado, a la par que reducen la carga asistencial y contribuyen a la eficiencia en el uso de los recursos. Algo que según los expertos es vital en un contexto como el actual en el que la asistencia sanitaria se torna crucial ante el envejecimiento de la población.
Las plataformas dirigidas a los pacientes o las aplicaciones de salud ofrecen varios aspectos positivos, como impedir desplazamientos innecesarios al hospital o los centros de salud. También permiten un seguimiento más fiel e incluso en algunos casos propician la adherencia a los tratamientos, así como facilitan la consulta de citas médicas y la segunda opinión médica ya que en ocasiones almacenan los resultados de resonancias magnéticas, radiografías, etcétera, que otros profesionales pueden ver de forma inmediata.
Desde un punto de vista general de la información clínica mejoran la accesibilidad al propio paciente y a los médicos que lo atienden.
A su vez, todos estos elementos redundan en una mejor organización de los centros hospitalarios, ya que se optimiza el tiempo y el uso de las instalaciones, además de gestionar de forma eficaz la documentación clínica.
Todo esto ha dado lugar a lo que desde este informe definen como “el paciente digital o tecnopaciente, que se diferencia del paciente clásico en su apuesta por aceptar el reto de la modernidad y emplear estos instrumentos que se ponen a su alcance”.
Asimismo, esta forma de atención genera cierta controversia, pues algunas voces consideran que de este modo se pierde el contacto entre paciente y médico, cuando en el tratamiento de las enfermedades el factor humano es fundamental. Sin embargo, desde otras perspectivas se considera que lo inteligente sería llegar a una postura intermedia que permitiera unir las dos vías, es decir, tratar de no apartar las ventajas de las nuevas tecnologías al tiempo que se compagina con la relación con los facultativos. Se trata de que “la implementación de herramientas informáticas de e-Salud ha de hallar su justificación, por encima de cualquier otra consideración, en la mejor asistencia al paciente”.
Portales del paciente
En los centros sanitarios parte de los procesos asistenciales no presenciales se pueden realizar mediante soportes tecnológicos como el portal del paciente. Este es realmente el sitio web del hospital que facilita esa interacción.
A través de este sitio se pueden rellenar formularios previos a una consulta médica. Igualmente se efectúa un seguimiento del enfermo desde su casa para conocer su evolución y evitar que vaya a la consulta si no es estrictamente necesario. Por otro, lado gracias a estas plataformas se facilitaría que el cliente accediera a determinadas pruebas que se hubieran hecho en el hospital como por ejemplo análisis de sangre rutinarios o informes que resulten satisfactorios.
Aplicaciones médicas
Estas pueden ser prácticas en determinados momentos para la interacción entre el enfermo, el médico y su centro de salud. Sin embargo, para ser consideradas como aplicaciones médicas deben cumplir unos requisitos ya que no si no están avaladas científicamente pueden acarrear riesgos importantes.
Respecto a este asunto hay varias consideraciones y clasificaciones. De acuerdo a la definición de producto sanitario recogida en el artículo 1 apartado 2 de la directiva 93/42/ CEE, para que un programa informático pueda considerarse producto sanitario debe estar destinado por el fabricante a ser utilizado en seres humanos con los siguientes fines:
- Diagnóstico, prevención, control, tratamiento o alivio de una enfermedad.
- Diagnóstico, control, tratamiento, alivio o compensación de una lesión o de una deficiencia.
- Investigación, sustitución o modificación de la anatomía o de un proceso fisiológico.
- Regulación de la concepción.
Firma biométrica del consentimiento informado
Algunos centros sanitarios han implementado la digitalización del consentimiento informado, pese a que es asunto algo polémico. El método empleado es la firma biométrica, un tipo de firma electrónica formada por un conjunto de datos en forma electrónica, consignados junto a otros que pueden ser utilizados como medio de identificación.
“En este caso los datos consistirían en características dinámicas de la firma como la presión, el ángulo de escritura, la velocidad y aceleración del bolígrafo, la formación de las letras, la dirección de los rasgos, etcétera”.
Comunidades y salud bajo demanda
Últimamente están proliferando los chats online que ofrecen apoyo a pacientes con patologías o que se encuentran en situaciones de salud concretas como estar recibiendo por ejemplo tratamientos psicológicos o de fertilidad. De igual modo, hay plataformas de intercambio de impresiones entre profesionales o entre estos y pacientes, generando auténticas comunidades online.
La salud bajo demanda permite un contacto permanente 24 horas a través de chats o videollamadas.
Big data
De cara a un futuro inmediato tal y como se especifica en el informe el Hospital del futuro, desarrollado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI @Sociedad_SEMI) en colaboración con la Fundación IMAS, se aventura que la informática y la inteligencia artificial se alimentarán del manejo de grandes volúmenes de datos o big data, impulsando nuevas formas de gestión de la asistencia sanitaria.
El análisis de estos grandes volúmenes de datos poblacionales permitirá identificar a pacientes de alto riesgo susceptibles de someterse a cribados y la adopción de medidas preventivas.
Al mismo tiempo, al irse produciendo una progresiva digitalización de la sanidad, se producirá un incremento exponencial del volumen de datos sanitarios, lo que obligará a desarrollar competencias para su análisis. Por su parte, se augura que la inteligencia artificial tendrá una influencia destacable sobre la investigación y desarrollo, la práctica clínica y la salud de la población.