Teresa Rey
Cuál
Cuál es la forma más eficaz de usar las planchas de pelo
Si sabemos cómo aplicarlas, conseguiremos cambiar de peinado en poco tiempo y con buenos resultados
La plancha del pelo es un accesorio casi imprescindible de muchas mujeres. Es un artículo muy útil para mostrar un peinado diferente en poco tiempo, o para mantener a raya el cabello más rebelde. Se puede usar en pelos largos, medias melenas o cortos. Sin embargo, a veces no se obtienen los resultados deseados. Con estos trucos aprenderás a dar un mejor uso a tu plancha de pelo.
Pelo seco y desenredado
Una de las cosas que debes saber primero, es que aunque la plancha del pelo es una aliada en muchas ocasiones, no hay que abusar de ella. Un uso diario puede acabar resecándolo y deshidratándolo.
Antes de aplicar este aparato el pelo debe estar seco y perfectamente peinado y desenredado. Si la utilizamos sobre el cabello húmedo lo dañaremos más ya que en esta condición resulta más frágil. Si al pasarlo observamos que sale vapor es que todavía permanece mojado y deberás esperar o usar le secador.
Para proteger aún más tu melena, lo ideal es que previamente te hayas puesto un protector de calor para el cabello. Los hay en distintos formatos o también vale sérum para cabello.
La técnica
Después ya puedes acudir a la técnica más efectiva para obtener el mejor resultado. Esta consiste primero en dividir bien el pelo para que puedas usar la plancha de forma cómoda. Tienes que hacerlo en mechones no muy grandes e irlos apartando y sujetando a medida que los vayas tratando.
Lo primero que has de hacer es sujetar el mechón seleccionado e ir pasando la plancha muy lentamente, de tal modo que veas como ésta cumple su función. No hay que apretar ni repetir el proceso varias veces, el truco está en hacerlo lo más despacio que podamos y solo una vez, pues de lo contrario estropearemos el cabello. La temperatura ideal es aquella que oscila entre los 180 y 200 grados, y conseguirás el alisado que buscas.
De la misma manera, debes intentar mantener la plancha en buen estado, limpiándola bien al menos una vez a la semana con un algodón húmedo sobre las placas. Siempre con la plancha desenchufada y en frío. Y, por último, debes guardarla solo cuando ya no desprenda calor, pues si no, puede estropearse.