Victoria Herrero
Cuál
¿Conoces la diferencia entre un audífono y un amplificador de sonido?
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Viernes 27 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Viernes 27 de marzo de 2020 a las 7:20 H
3 minutos
Al contrario que los amplificadores, los audífonos se usan para compensar las pérdidas auditivas
Pueden parecer similares, pero los audífonos y los amplificadores de sonido presentan diferencias significativas, sobre todo en el perfil del usuario al que va dirigido cada aparato. Así, como explican desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (@AEMPSGOB), mientras los primeros se dirigen a compensar las deficiencias auditivas de una persona, en el segundo caso hablamos de un dispositivo que lo único que hace es ampliar el sonido ambiental que nos rodea en momentos puntuales. Es decir, no está relacionado con una pérdida de audición ni sirve para ello, por lo que puede ser usado por personas que oigan de forma normal.
Esta es la principal diferencia, aunque existen muchas otras, que hace que muchas veces la gente pueda confundirse a la hora de comprar un audífono y se decida por un amplificador de sonido pensando que sirve para el mismo fin.
Por eso, no te dejes guiar por una publicidad engañosa y si no oyes bien, lo mejor es que acudas a un profesional para poner solución a tu problema auditivo, tal y como recuerdan estos expertos, y evitar que con el uso de un producto no adecuado tengas otra serie de complicaciones en el oído. ¡No arriesgues tu salud por ahorrar dinero!
Más diferencias entre ambos dispositivos
Además de la disparidad antes comentada, estos aparatos no resultan similares cuando, por ejemplo, tenemos en cuenta su precio en el mercado. Mientras el aparato que se emplea en el caso de sufrir una pérdida de audición puede costar entre 1.000 o 2.000 euros, según el modelo y las prestaciones, puedes encontrar un sinfín de amplificadores en Internet sin que superen los 100 euros. Además, la venta de los audífonos solo se puede hacer en establecimientos con autorización sanitaria.
A esto debemos sumar una diferencia importante: el uso de audífonos requiere la ayuda, adaptación y seguimiento por parte de un profesional para que este dispositivo se ajuste a las necesidades auditivas de cada paciente.
En contraposición a los amplificadores, que no requieren una prueba de audiometría y funcionan de forma muy sencilla con un botón de encendido y apagado, además de un ajuste de volumen que se hace de forma manual. Eso sí, lo mejor es emplearlo para situaciones concretas, ya que un uso prolongado puede provocar daños en nuestro sistema auditivo.