Mariola Báez
Cuál
Productos cosméticos: ¿cuál es el pH que le conviene a tu tipo de piel?
Elegir el pH adecuado es una medida básica para el cuidado de la piel
Es un término que escuchamos constantemente referido a productos de higiene como geles de baño, champús o cremas corporales y que tiene su importancia a la hora de mantener la piel sana. El pH (potencial de Hidrógeno) es una medida que identifica el grado de acidez – alcalinidad que tiene un elemento en estado líquido. Tal como explica la Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes (AEFA), el pH se determina mediante una escala que va del 1 al 14. El pH neutro, que tanto se escucha, hace referencia a aquellos compuestos que están justo en el centro de la tabla, es decir, sería un pH 7. Desde este punto central, la escala se divide en dos áreas: del 1 al 7 estarían los componentes con mayor acidez, siendo el 1 el nivel máximo y, el tramo del 8 al 14 reflejaría los elementos alcalinos, también llamados base
¿Qué pH tiene nuestra piel?
También nuestra piel, que está recubierta por un manto ácido, absolutamente imperceptible pero formado por minúsculas partículas de sudor y grasas que generan las distintas glándulas, tiene su propio pH. No es exactamente igual en todas las personas, ni tampoco se mantiene inalterable a lo largo de toda la vida (el pH de la piel de un bebé no es el mismo que el de una persona adulta) pero, en general, el pH de la piel se sitúa en la escala entre el 5 y el 6, lo que indica que es ligeramente ácido. Esto quiere decir que su pH es del 5,5, el que tiene en general la piel de una persona adulta y sana. Las pieles más grasas suelen tener un pH ligeramente inferior, en torno al 5, mientras que, las más secas superan por escasas décimas ese punto central del 5,5.
La Fundación Piel Sana, de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), insiste en la importancia de consultar con el dermatólogo qué productos se adaptan mejor a nuestra piel y contribuyen a su óptimo cuidado.
A la hora de proteger la piel no solo hay que tener en cuenta su pH, sino otros aspectos como su grado de sensibilidad o la posible presencia de algún tipo de anomalía dérmica. Como norma general, los productos de higiene para cuidar tu piel deben ser los que contengan un pH similar al de tu propia dermis aunque siempre intentando mantener el equilibrio del manto ácido invisible que la cubre.