Marco Herrera
Cuál
Las prohibiciones más raras de la ciudad de Valencia: No se puede correr por las zonas peatonales
Como cualquier otra ciudad española, Valencia guarda curiosidades entre sus ordenanzas municipales
Las ordenanzas municipales son el conjunto de normas con carácter administrativo, por lo general inferiores al rango de ley, que establecen los ayuntamientos para regular la vida en un municipio. Entre ellas se pueden encontrar desde reglas en torno a la vía pública, otras enfocadas a la seguridad, la cultura, la circulación e incluso la higiene, o determinados comportamientos en los espacios que se comparten con el resto de vecinos y visitantes. Al tener un carácter local, de vez en cuando se descubren decretos en algunos consistorios que llaman la atención por extraños o anacrónicos.
Centrándonos particularmente en Valencia, la tercera ciudad más habitada de nuestro país y que cuenta con numerosos encantos turísticos y culturales, así como un clima privilegiado, se pueden hallar ejemplos curiosos de este tipo de estatutos en las ordenanzas de la capital del Turia, entre las cuales se esconden algunos ordenamientos especialmente llamativos. Los repasamos.
Prohibido correr por las zonas peatonales
Es cuanto menos paradójico que en una de las llamadas capitales españolas del running exista una ordenanza municipal que prohiba correr o saltar por aceras y otras zonas peatonales. Valencia es, por su orografía y su clima durante casi todo el año, uno de los municipios españoles que concentra a más corredores por las vías peatonales públicas, incluso su maratón es bastante conocida en España por los aficionados a este deporte. Por suerte, los respectivos ayuntamientos de la capital valenciana no siguen al pie de la letra esta normativa, ya que de hacerlo alcanzarían una importante recaudación diaria en forma de multas.
Prohibido dar de comer a los perros
Otra norma de lo más llamativa es la que prohibe taxativamente alimentar a los perros y gatos abandonados, la cual parece evidente que se instó en otra época muy distinta a la actual, en la que la sensibilidad hacia los animales ha crecido enormemente en toda la población. Por tanto, de cumplir a rajatabla dicha ordenanza, cada vez que viésemos por Valencia un perro o un gatito abandonado, tendríamos que dejarlo a su suerte y no poder alimentarlo, ni siquiera con agua. Afortunadamente y pese a la norma, podríamos hacerlo sin temor a ser sancionados.
En este caso, también es importante mencionar que si nos encontrarnos en cualquier ciudad con un perro o gato abandonados, lo mejor es llamar a una protectora de animales, un refugio o la misma policía local, la cual se encargará de ponerse en contacto con estas organizaciones.
No se puede gritar en la ciudad
Así lo establece otra de sus ordenanzas, que habla de que no se consideran actividades vecinales tolerables gritar, vociferar o emplear un tono excesivamente alto de la voz humana u otros aparatos susceptibles de producir ruidos. Sin embargo, lo más curioso es que hablamos de una ciudad que hace gala constantemente de su vínculo con los espectáculos de pirotecnia y el ruido que esta produce. Aunque obviamente se comprende que es una norma enfocada en el ámbito vecinal, resulta peculiar el hincapié en los gritos y la voz humana en una ciudad que a menudo tiene una contaminación acústica importante debido a sus costumbres.
Sacudir la alfombra desde el balcón está prohibido
Es todo un clásico en las ciudades de medio mundo. La persona que mientras limpia su hogar saca la alfombra por la ventana de casa o el balcón y la sacude para quitarle el polvo. Pues bien, esta práctica en Valencia está terminantemente prohibida. Y no solo las alfombras, la ordenanza habla de prendas o alfombras desde ventanas, balcones y terrazas. Así que, no sabiendo si el Ayuntamiento es especialmente restrictivo con este tema, en teoría deberíamos prescindir de llevar a cabo esta icónica imagen de la vida urbana.
Tampoco se puede lavar el coche en la calle
Aunque es una práctica que ha ido cayendo en desuso en las ciudades con el paso de los años, debido a la facilidad para hacerlo en gasolineras con túneles de lavado, no es menos cierto que todavía se ve a mucha gente en barrios y urbanizaciones aprovechar los sábados o los domingos por la mañana para lavar su coche en plena calle. Según esta regla del Ayuntamiento valenciano, esto es una práctica que queda prohibida, aunque como en casos anteriores, desconocemos la rigurosidad con la que la Policía Local de la ciudad lleva a cabo dicha prohibición.
Multa si no se limpia la orina de del perro en la calle
La última ordenanza que ha llamado en cierto modo la atención ha sido esta, llegada en septiembre del año pasado y que habla de la obligatoriedad para el ciudadano de limpiar también la orina de sus mascotas cuando lo hagan en la vía pública. Es conocida por todos y se aplica de forma general aquella que habla de recoger las heces, pero el Ayuntamiento de Valencia quiere ir más allá y declara la guerra también a la orina de canes y otros animales. Ahora, aparte de la correa y las bolsas, los dueños de perros tendrán que llevar consigo una botella de agua pequeña para disolver la orina de estos para evitar los 50 euros estipulados de multa.