Mariola Báez
Cuál
¿Cuál es el edredón nórdico perfecto para tus necesidades?
Las claves para elegirlo según lo que necesitas y las condiciones ambientales de tu hogar
Ligeros, suaves, cálidos… en invierno, los edredones destacan en el conjunto de la ropa de cama porque pesan menos que un par de mantas y pueden proporcionarte la temperatura adecuada para dormir a gusto. Como recuerda la Sociedad Española del Sueño (@Sociedad_SES) una temperatura agradable y una buena ventilación del dormitorio son dos condiciones básicas para disfrutar de un descanso reparador
Por sus características, los nórdicos son la opción favorita de muchas personas mayores para su descanso nocturno, pero conviene saber que existen importantes diferencias entre unos modelos y otros, que debes tener en cuenta para acertar a la hora de elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.
El secreto está en el material de relleno
Aunque en su apariencia externa todos los edredones parezcan similares, a la hora de adquirir el tuyo debes fijarte especialmente en el material que guardan en su interior porque de él van a depender sus principales prestaciones.
Los nórdicos “auténticos” siempre llevan un relleno natural a base de pluma o plumón de ave, generalmente de patos y ocas. En los primeros se utilizan las plumas enteras, incluyendo el pequeña caña que las divide en dos partes simétricas. En los de plumón, esa caña es minúscula o se retira. El resultado es un edredón de plumón, extraordinariamente ligero y perfecto para proporcionar y conservar el calor. En los de pluma, el efecto “nube” también está garantizado, simplemente, comparados con los anteriores, tienen un peso ligeramente superior.
Entre los rellenos naturales, también hay que destacar los edredones con seda en su interior que, al igual que los anteriores, resultan ligeros y confortables, pudiendo ser una opción cuando existe algún tipo de alergia a la pluma o plumón.
Bastante más asequibles al bolsillo son los nórdicos en fibra sintética que dan excelentes resultados. Microfibra, fibra hueca siliconada, poliéster… son materiales innovadores con buenas propiedades y que requieren unos cuidados y un mantenimiento mucho menos exigente que el que demanda un nórdico con relleno de plumas.
¿Cuál elegir según tus preferencias y la temperatura ambiental?
Un sueño de calidad es esencial para la salud general de las personas mayores y para mantener en buen estado el sistema cardiovascular, como recuerda la Fundación Española del Corazón (@cuidarcorazon). En este sentido, los edredones nórdicos pueden ser de gran ayuda, porque están pensados para hacer frente al frío y a la humedad, creando las condiciones y la temperatura óptima para el descanso, aunque hay que tener claro que no siempre el que más calor proporciona y retiene es el más adecuado.
La temperatura confortable, que favorece la conciliación del sueño, es algo muy personal. El excesivo calor puede influir en tu descanso. También es importante tener en cuenta otros aspectos como el nivel de frío que puede llegar a hacer en el lugar en el que vives, el grado de humedad ambiental o tus propias costumbres (duermes con la calefacción encendida al mínimo, con pijama “de invierno” o con ropa más ligera, tienes previsto utilizar tu edredón durante todo el año o solo en los meses más fríos…).
Si piensas adquirir un edredón nórdico, infórmate sobre el material con el que está relleno y sobre el gramaje del mismo. Unos consejos que pueden servirte de guía son:
- Los nórdicos de pluma o plumón (o aquellos que combinan ambos rellenos) son los más ligeros y los que dan más calor. También son los que más humedad absorben, por lo que ofrecen sobradas garantías para dormir calentito y sin que la humedad ambiental llegue a las sábanas. Son buenos para lugares donde las bajas temperaturas, heladas incluidas, predominan en la noches de invierno. Pueden ser perfectos para una casa en un entorno rural o de montaña y también para zonas costeras muy frías, pero quizá, resulten excesivos si tu vivienda mantiene una temperatura constante, que no suele bajar de los 10º - 15º ni siquiera por la noche.
- Si quieres un edredón polivalente, que te proporcione el calor suficiente en invierno pero que no resulte “agobiante” en las estaciones intermedias (primavera y otoño), es preferible optar por los de microfibra hueca, por su ligereza y eficacia frente al frío moderado.
- En ambas opciones, determinar el gramaje adecuado según tus preferencias y la temperatura que sueles mantener en el dormitorio, es esencial para sacar partido a tu edredón. Para que te hagas una idea, el gramaje medio que debe tener un edredón (porcentaje de material de relleno) es de unos 200 gramos por metro cuadrado. Si eres de los más “frioleros” o resides en un lugar donde la temperatura alcanza cotas realmente bajas, elige un gramaje algo superior (300 – 400 gramos) y su buscas un edredón extra ligero y que prácticamente puedas utilizar en cualquier época del año con 150 – 175 gramos, será más que suficiente.
Algunos detalles importantes
A la hora de tomar tu decisión de compra, debes pensar también en el mantenimiento y la durabilidad de este tipo de productos. Un edredón de plumas o plumón no se puede lavar en lavadora y requiere airearlo cada día, para evitar que su relleno (las plumas) se compacte y el nórdico pierda sus buenas propiedades. Como ventaja, manteniéndolo en buenas condiciones puede durarte más de diez años. Sin duda, los de fibra sintética resultan menos duraderos pero requieren menos cuidados.
En tu elección, también es muy importante tener en cuenta posibles alergias a cualquiera de los posibles materiales de relleno.
Por último, comprueba que la capa externa de tu edredón está elaborada en fibra natural, preferentemente en algodón, para que, así, la sensación de confort sea total.