Mariola Báez
Cuál
Suelo radiante, caldera de gas, aerotermia… ¿Cuál es el mejor sistema de calefacción?
Si no estás contento con la climatización de tu hogar, descubre otras posibles opciones
Con la llegada del frío y las calefacciones funcionando a pleno rendimiento, toca comprobar si realmente la instalación que tenemos en casa resulta eficiente sin dañar en exceso nuestra economía.
Los sistemas de calefacción han evolucionado de manera notable en los últimos años persiguiendo un doble objetivo: ser más eficaces a la hora de obtener un mayor rendimiento energético que contribuya a cuidar el medio ambiente y, de paso, tu bolsillo.
Sistemas de calefacción más usados: pros y contras
Entre los sistemas que requieren instalación previa existen varios. Los más utilizados en las últimas décadas han sido aquellos que demandan un determinado combustible como fuente de energía (gas natural, propano o gasóleos) y los que usan la electricidad como materia prima básica.
En el primer grupo destaca, como sistema válido para casi cualquier vivienda, el compuesto por una de las actuales calderas de condensación, a la que se suman los necesarios radiadores que climatizan la vivienda. Muchas de estas calderas utilizan gas natural para alcanzar la temperatura idónea en el hogar y proporcionar agua caliente.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU @consumidores) destaca de estos equipos su gran rendimiento calorífico, su escaso nivel contaminante y su eficiencia energética. El gas natural es una buena opción (siempre que exista suministro en tu lugar de residencia), aunque su principal inconveniente es el coste de la caldera y las revisiones periódicas que debe pasar (generalmente una vez al año) para garantizar su funcionamiento óptimo.
La calefacción por gasóleo funciona de manera similar, pero requiere un depósito que tendrás que rellenar cada cierto tiempo para disponer de combustible. Se suele utilizar en viviendas grandes, casas de campo o explotaciones agrarias, ya que el depósito ocupa un espacio considerable.
Los radiadores también pueden calentarse mediante propano, un gas canalizado en algunas zonas, pero que también puede suministrarse en tanques o en bombonas similares a las del butano.
La evolución del suelo radiante
Es otro sistema de calefacción que vuelve a ser tendencia, pues en el pasado fue considerado un método de climatización poco eficiente y bastante caro. El suelo radiante que se instala actualmente tiene poco que ver con el de los años noventa. El sistema consiste en colocar bajo el pavimento una serie de finas tuberías que serán las responsables de calentarse y emitir calor hasta el punto de sobrepasar el propio suelo, caldeando así cualquier estancia.
Hace años eran los propios cables o hilo calefactores, convenientemente recubiertos, los que quedaban fijos en el suelo para la transmisión del calor, pero ahora lo que se instala son finas tuberías por las que circula agua, del mismo modo que ocurre en los radiadores. Es el agua caliente la responsable de generar el calor necesario para la climatización. Además, su fuente de alimentación puede no ser solo la electricidad, sino cualquier otro sistema que permita calentar el circuito (caldera de gas, bomba de calor, caldera de biomasa, energía solar…).
Esta calefacción es perfecta para casas no demasiado grandes en las que los radiadores ocupan un espacio concreto. Además, el sistema actual resulta muy eficaz ya que, como señala la Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor (FEGECA), el suelo radiante proporciona máximo confort, porque puede instalarse en suelo o paredes de manera uniforme, logrando una temperatura homogénea. Además, es eficiente porque la temperatura que tiene que alcanzar el agua para calentar es inferior a la que requieren los radiadores tradicionales. Sirve también como sistema de refrigeración, si lo que circula por las tuberías es agua fría.
Bombas de calor y aerotermia
Estamos ante dos de los métodos más novedosos de climatización en viviendas. Las bombas de calor son un sistema de calefacción y refrigeración por conductos, que requieren una unidad exterior y una interiores (pueden ser dos dependiendo de la superficie). Sirven para dar calor en invierno y aire fresco en verano y funcionan por conexión a la red eléctrica.
Los actuales equipos permiten un ahorro energético importante, aunque su eficiencia varía de unos modelos a otros. En general, son aconsejables para viviendas que no estén ubicadas en regiones de frío extremo. Además, es importante elegir un modelo que cuente con una buena calificación energética (A).
Como sistema innovador, aún poco conocido en nuestro país, hay que hablar de la calefacción por aerotermia. Explicado de manera sencilla, esta tecnología permite captar la energía que contiene el aire que nos rodea y lograr aprovecharla para calentar o refrigerar una vivienda. Aunque suene un poco raro, son muchos los que apuntan a que esta podría ser la calefacción del futuro.
Su funcionamiento requiere una unidad exterior, algo más grande que la de un aire acondicionado, que "atrape" la energía; un circuito termodinámico o bomba de calor, y un sistema de salida de esa energía, que pueden ser los radiadores o un suelo radiante, por ejemplo. El éxito del sistema radica en su capacidad para captar mucha más energía de la que consume. Como inconveniente, la instalación de estos equipos, de momento, supone un desembolso económico elevado, pero, sin duda, la idea de aprovechar la energía del propio aire suena bien.