Mariola Báez
Cuál
Consumo energético, limpieza, funciones... claves para acertar con el horno que más te conviene
Detalles en los que hay que fijarse
Es uno de los electrodomésticos habituales en cualquier cocina, del que existen multitud de modelos, con funciones distintas y con una variedad, en cuanto a precios, que realmente puede hacer que no tengamos nada claro cuál es el mejor.
Para no “perderte”, lo primero que tendrás que decidir es qué tipo de horno quieres. teniendo en cuenta que existen tres tipos básicos, atendiendo a su funcionamiento y forma de cocinar los alimentos:
- Horno convencional. Es el más básico. Funciona con dos resistencias, una superior y una inferior que puedes utilizar de manera independiente o conjunta.
- Horno multifunción. Igual que el anterior, pero con un ventilador trasero que se encarga de distribuir de manera homogénea el calor que generan las resistencias. Desde que aparecieron en el mercado, hace ya unas cuantas décadas, son los más utilizados porque dan mejores resultados que los convencionales, al permitir que cualquier alimento se cocine perfectamente y en conjunto, sin que queden zonas poco hechas o sobre cocinadas. También se les conoce como hornos de convección.
- Horno de vapor. Es el más novedoso, porque incorpora la posibilidad de combinar el horneado tradicional, por aire caliente, que ofrecen los dos anteriores, con la función vapor. Al inicio de la cocción. tendrás que añadir agua en el recipiente correspondiente (generalmente en la base del horno) y el calor generado la transformará en vapor. Entre las ventajas de estos innovadores hornos hay que destacar que, en cualquier asado, logran resultados “profesionales”, con alimentos que quedan crujientes por fuera y con un interior extra jugoso.
Los hornos multifunción que permiten incorporar vapor a aquellas recetas que quieras son los más avanzados, pero a la hora de elegir un electrodoméstico de este tipo debes tener en cuenta tus necesidades. Si lo utilizas en contadas ocasiones, o por ejemplo solo lo usas para repostería, un horno multifunción (sin vapor) o incluso uno convencional, puede ser más que suficiente y darte buenos resultados.
Consumo y limpieza
Son dos de los aspectos más importantes en los que debes fijarte. El horno eléctrico es uno de los electrodomésticos que más energía consume en cualquier hogar por lo que, si vas a utilizarlo frecuentemente, tener en cuenta su eficiencia energética es fundamentl a la hora de mantener la factura de la luz “bajo control”. Presta atención a la etiqueta en la que figura la clasificación energética del aparato y elige uno que sea, como mínimo, A+.
Respecto a los sistemas de autolimpieza puedes encontrar tres opciones que quizá te resulten interesantes (debes valorarlo):
- Limpieza catalítica. El horno aprovecha el propio calor residual de la cocción para evitar que la grasa y las partículas de suciedad se acumulen en sus paredes. Gracias a esta función podrás limpiarlo pasando un simple paño húmedo, siempre teniendo en cuenta que el electrodoméstico debe estar completamente frío.
- Limpieza pirolítica. Es una posibilidad extra que incorporan modelos determinados. Para utilizarla, el horno debe estar vacío y alcanzar una alta temperatura durante un tiempo determinado (en ocasiones más de una hora) para que, así, los posibles restos adheridos a las paredes se “autoquemen”. No es una limpieza para hacer tras cada uso, sino cada uno o dos meses debido al importante gasto de energía que implica. Como señala la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU @consumidores) el sistema se ha ido perfeccionando y los actuales hornos pirolíticos resultan muy cómodos aunque siguen siendo algo caros.
- Limpieza por vapor. Los hornos de este tipo incorporan esta novedosa función que permite que el propio vapor sirva para desprender la posible suciedad y facilite su retirada.
Tendrás que sopesar si estas funciones resultan útiles para ti. Siempre son una comodidad y un valor extra, pero hay que recordar que hacen que el precio del electrodoméstico suba y que siempre queda la opción de limpiar el horno “a mano” con productos específicos, en pocos minutos y de manera sencilla.
Detalles importantes que deben tener en cuenta las personas mayores
Los avances tecnológicos son importantes pero, en ocasiones, los aspectos más básicos son los que pueden determinar que el horno que adquieras sea el que realmente te viene bien. El tamaño, la capacidad o la apertura de la puerta pueden resultar claves para tu comodidad.
- Dimensiones y ubicación. Piensa en el uso que vas a dar a este electrodoméstico, porque puedes elegir entre aquellos de tamaño “familiar”, hasta algunos de dimensiones bastante más reducidas (perfectos para preparar recetas para una o dos personas). Además, actualmente tienes modelos de sobremesa muy prácticos y que no requieren prácticamente instalación alguna (son hornos, no microondas). Si quieres uno más grande, siempre que sea posible opta por encastrarlo en una columna a una altura adecuada para que te resulte cómodo (y no tengas que estar agachándote más de lo necesario).
- Guías y puertas. Es cuestión de preferencias pero en general los hornos que permiten la apertura total de la puerta (con guías que facilitan su extracción o con sistemas que hacen posible abatirla totalmente) son los más cómodos. También es interesante que cuente con guías que permitan sacar las bandejas de forma segura y puedas, por ejemplo, añadir ingredientes o dar la vuelta a tu asado de la manera más sencilla.
- Facilidad de uso y seguridad. Los modelos más innovadores incluyen múltiples funciones y programas de cocción. Los tienes programables (incluso desde el móvil), con sonda térmica, para controlar la temperatura en el interior de los alimentos, con pantalla LCD para vigilar tiempos y temperaturas… todo viene bien pero valora la utilidad de todas esas funciones y comprueba que realmente les sacarás partido. Por supuesto, el horno que compres debe contar con todas las medidas básicas que garanticen su uso seguro, entre ellas puerta fría al contacto para evitar cualquier riesgo de quemaduras accidentales.