Anna Blanco
Practicopedia
Cuando la obsesión por la limpieza se convierte en un problema
No se trata de una manía por la limpieza sino de una obsesión que controla nuestra vida
Vivir en una casa limpia y ordenada es algo que a todos (o a la gran mayoría) nos procura bienestar. De esta manera, es lógico que dediquemos parte de nuestro tiempo a mantener el orden y a limpiar los diferentes espacios de nuestro hogar. Y también es lógico, que no todos tengamos el mismo nivel de exigencia y nuestro baremo de lo que es una casa aceptablemente limpia sea diferente. Es decir, hay quien convive mejor con el desorden y la suciedad y, por el contrario, hay quien no tolera las cosas fuera de lugar o una mínima acumulación de polvo. Entre estos últimos, encontramos aquellos que el gusto por la limpieza es más que una 'sana' manía y se convierte en una obsesión dificultando su día a día y la convivencia con su entorno.
Y es que, el camino que separa la manía de la obsesión puede ser más corto de lo que creemos. De esta manera, si esta obsesión nos impide realizar una vida normal porque invertimos demasiado tiempo en limpiar y ordenar, y nos sentimos molestos porque no podemos mantener las cosas a nuestra manera, podemos estar derivando a un trastorno obsesivo compulsivo que requiere de la ayuda de un profesional.
¿Cuándo es una obsesión?
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno caracterizado por ideas fijas recurrentes y persistentes que generan inquietud, temor, ansiedad o aprensión. Uno de los trastornos más habituales es el obsesivo compulsivo por la limpieza y no se trata del gusto por tenerlo todo impoluto ya que todos los expertos coinciden en que son personas cuya vida está dominada por su manía por la limpieza. De esta manera, los rasgos comunes de las personas que pueden padecer este trastorno serían:
- Limpian la casa todos los días dedicándole mucho tiempo a ello lo que interfiere en el desarrollo normal de la jornada y, por tanto, en su vida personal, familiar, social y laboral.
- Mantienen todo siempre en el mismo lugar e, incluso, sienten la necesidad de que las cosas estén ordenadas simétricamente.
- Se sienten incómodos si encuentran una mota de polvo o algo de un modo distinto al que esperaban.
- Repasan las tareas que otros realizan y, lógicamente, nadie las hace mejor que ellos lo que dificulta en gran medida la relación y convivencia con las personas de su entorno.
- Sienten ansiedad si no pueden llevar a cabo su rutina de limpieza y orden.
¿Cómo podemos ponerle remedio?
Lo más importante para ayudar a una persona con este problema es hacer que se dé cuenta de que su manía se ha transformado en obsesión y, por tanto, en una seria preocupación. En el caso de las personas que tengan una conducta compulsiva más flexible, se puede intentar que:
- Controlen sus rituales de limpieza aplazándolos un rato, es decir, esperar un tiempo antes de empezar a limpiar. Y cada día tratar de aumentar este tiempo para ir tomando el control de los impulsos.
- El hecho de limpiar y ordenar procura sensación de bienestar a estas personas, es su forma de reducir la ansiedad. Una opción es buscar otras maneras con las que consigan relajarse y ponerlas en práctica.
Pero si son o somos incapaces de reducir la ansiedad y el estrés que les provoca no cumplir con las tareas que se exigen, es necesario acudir a un profesional. El objetivo es que la persona pueda liberarse de esta carga para mejorar su vida y la de los que la rodean.