Aviso importante de la Agencia Española de Medicamentos sobre el ibuprofeno

El ibuprofeno es uno de los medicamentos más populares a la hora de calmar numerosas molestias. Se trata de un antiinflamatorio no esteroideo que se puede usar sin prescripción médica y que compite con el paracetamol en popularidad frente a dolores leves o moderados.

El problema aparece cuando la persona se automedica sin indicaciones previas de un médico o farmacéutico, lo cual puede llevar a que no haga efecto e incluso peor, que resulte peligroso para la salud. Por ello, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha vuelto a recordar la importancia de leer con detenimiento el prospecto de cada medicamento antes de comenzar a utilizarlo.

En concreto, según la (AEMPS), el ibuprofeno se utiliza para el tratamiento de la fiebre y para el tratamiento del dolor de intensidad leve o moderado incluida la migraña. También se emplea para el tratamiento de la artritis, artrosis, espondilitis anquilosante, inflamación no reumática y la dismenorrea primaria. La acción del ibuprofeno consiste en detener la producción del cuerpo de una sustancia que causa dolor, fiebre e inflamación.

Lo ideal es controlar siempre bien las dosis y, según la AEMPS, intentar siempre usar la más baja que nos resulte eficaz y durante el menor tiempo posible. La Agencia también señala que hay que detener la toma de ibuprofeno y acudir al médico si surgen erupciones cutáneas, lesiones en las membranas mucosas, ampollas u otros signos de alergia, ya que estos pueden ser los primeros signos de una reacción cutánea muy grave.

Casos en los que no se debe tomar ibuprofeno

Estos son los casos en los que no se debe consumir este medicamento, según recoge el prospecto aprobado por la Agencia del Medicamento:

• Si es alérgico (hipersensible) al ibuprofeno, a otros medicamentos del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), a la aspirina o a cualquiera de los demás componentes de este medicamento. 
• Si padece una enfermedad grave del hígado o los riñones.
• Si ha tenido una úlcera o hemorragia de estómago o de duodeno o ha sufrido una perforación del aparato digestivo.
• Si vomita sangre.
• Si presenta heces negras o una diarrea con sangre.
• Si padece trastornos hemorrágicos o de la coagulación sanguínea, o está tomando anticoagulantes (medicamentos utilizados para “fluidificar” la sangre). 
• Si padece una insuficiencia cardiaca grave.
• Si se encuentra en el tercer trimestre del embarazo.

Además, la AEMPS señala que las personas con problemas cardiovasculares tienen que tener especial cuidado. Aconsejan no superar la dosis recomendada ni la duración del tratamiento, y consultar con el médico si hay problemas de insuficiencia cardíaca, angina, cirugía de bypass, arteriopatía periférica, si se ha sufrido un ataque al corazón o algún tipo de ictus.

“Los medicamentos antiinflamatorios/analgésicos como ibuprofeno se pueden asociar con un pequeño aumento del riesgo de sufrir un ataque al corazón o ictus, en especial cuando se utiliza en dosis altas”, explica la Agencia. También recomiendan consultar con el médico el tratamiento si tiene la presión arterial alta, diabetes, el colesterol alto, tiene antecedentes familiares de enfermedad de corazón o ictus, o si es fumador.