Cuándo debes tirar el arroz o las legumbres que hayan superado su fecha de consumo preferente

Las legumbres deben tener un papel importante dentro de una alimentación equilibrada, como recuerdan desde la Fundación Española del Corazón, que recomienda consumir de 2 a 4 raciones por semana de este alimento propio de nuestra dieta mediterránea. Las legumbres pueden ser una buena opción para sustituir el aporte de proteínas de origen animal, dado que son alimentos con alto contenido de proteínas, de textura blanda y de fácil masticación. También desde la Fundación Española de la Nutrición, cuando se refieren al consumo de estos alimentos por parte de personas mayores, afirman que “con la edad se puede producir una disminución del tránsito intestinal, por lo que el consumo de legumbres es beneficioso por su alto contenido de fibra alimentaria. En esta etapa fisiológica se recomienda una ingesta mínima de fibra que oscila desde los 20 a los 35 g de fibra diarios para contribuir al funcionamiento normal del intestino”.

En el caso del arroz, se trata de un alimento lleno de buenas propiedades que, como norma general, no debe faltar en la dieta de un adulto mayor, ya que es una excelente fuente de energía al aportar 86 gramos de hidratos de carbono por cada 100 de producto, según recoge la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA). Minerales esenciales para cuidar la salud a medida que la edad avanza, como el calcio, el fósforo o el selenio, también están presentes en cantidades destacables en el arroz, un cereal libre de gluten y apto en la dieta que debe seguir una persona celiaca.

Condiciones para alargar su consumo

Las legumbres secas y el arroz son alimentos que llevan como indicación "Fecha de consumo preferente". Esto significa que, una vez superada esta fecha, el alimento todavía se puede consumir. El informe del Comité Científico Asesor de Seguridad Alimentaria de la ACSA sobre la extensión de fechas de consumo propone una extensión de un año para estos alimentos si se cumplen las siguientes condiciones:

–Se ha conservado siguiendo las indicaciones del fabricante.

–El envase está intacto.

–Una vez abierto, se deberá comprobar que su aspecto no esté alterado. En este caso, que no haya presencia de pequeños insectos, que sería el principal signo de deterioro.

Los alimentos que son susceptibles de tener un extensión de un año son aquellos en los que “es muy improbable que se produzcan alteraciones microbiológicas o físico-químicas a muy largo plazo”. Por otra parte, desde el ACSA advierten que es habitual que los proveedores de legumbres secas y arroces usen como envases bolsas transpirables (tela de saco): “los envases tienen la función de proteger los alimentos de cualquier foco de contaminación. Por tanto, no se deben aceptar envases con signos de suciedad, se debe evitar colocar los sacos en contacto directo con el suelo y deben mantenerse en un lugar fresco y seco”. En cualquier caso, es importante recordar que los alimentos deben estar también bien identificados (origen, fecha de consumo, nombre).

Sin problemas para masticar

Si tienes dificultades para masticar no tienes por qué privarte ni del placer de comer las legumbres ni dejar de ingerir sus nutrientes, que son muy necesarios. Si hablamos de legumbres secas, para seguir disfrutándolas sin que sea de difícil masticación, los expertos del centro de innovación tecnológica en cocina de la Fundación Alícia recomiendan “ponerlas en remojo entre 10 y 12 horas y después cocerlas hirviéndolas con agua o en un guiso a fuego suave y alargar su tiempo de cocción hasta comprobar que son muy tiernas”. Además, el consejo de los expertos es que, si una vez cocidas, “si están suficientemente blandas y si la piel se queda integrada cuando se chafan suavemente, se podrán consumir directamente. Si no es así, se recomienda consumirlas en formato crema o puré”. Este último consejo también es válido si las legumbres están cocidas en conserva, que podemos incorporar a un guiso para que queden aún más tiernas.

Si se trata de pasta o arroz, tendremos que “cocerlos, hirviéndolos o en guisos, alargando su tiempo de cocción generalmente hasta el doble del tiempo indicado en el envase”. La fundación también recomienda “evitar las pastas largas, tipo espagueti, que serán más complicadas de masticar” y “acompañar las pastas y el arroz con salsas no pegajosas suficientemente espesas para dar untuosidad a la elaboración”.