¿Cuántas veces se puede tomar embutido a la semana?

En el contexto de la Unión Europea, Alemania es el principal productor de embutidos y salazones seguido de Francia, Reino Unido, Italia y España; y en concreto en nuestro país su consumo es elevado. Para que tengamos una idea, para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial para la Salud (OMS), la recomendación media de consumo de carne semanal es de 325 gramos por persona y 125 gramos en el caso de las denominadas carnes rojas. En el caso de las carnes procesadas, nuestro país multiplica por ocho el consumo recomendado.

La carne procesada se refiere a la carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo como es el caso del embutido, que se elabora con carne de cerdo aliñada con especias, pimentón y sal. Una mezcla que se introduce en una tripa y después se somete a un proceso de curación. Otros ejemplos de carnes procesadas son los frankfurts, el jamón, las salchichas, o el chopped.

Distintos tipos de embutido

Tal y como indican los expertos en nutrición, los embutidos deben consumirse ocasionalmente, ya que aportan gran cantidad de grasas saturadas, colesterol y sodio, que pueden afectar a nuestro sistema cardiovascular. Por ello lo recomendable sería tomarlo un par de veces a la semana, ya que si se consumen con moderación, el riesgo para la salud disminuye exponencialmente. 

Además, es importante que el embutido sea de calidad, porque entonces las grasas también lo son. Por ejemplo, el jamón, si es de bellota, la grasa es saludable en pocas cantidades; en cambio, si comemos fuet o mortadela ultraprocesada y con aditivos artificiales, la grasa es peor. 100 gramos de jamón ibérico contienen 22 gramos de grasa, igual que una salchicha tipo frankfrut. En el caso del jamón ibérico son grasas monoinsaturadas.

Los embutidos también poseen alta cantidad de hierro que pueden ayudar mucho ante la anemia ferropénica, y otros micronutrientes importantes, como son el potasio, el magnesio y en algunos casos, fósforo y zinc en cantidades considerables. Además de las proteínas de buena calidad.

Por ello, es importante controlar las porciones a consumir (la cantidad recomendable es de 30 o 40 gramos por ración una o dos veces a la semana) cada vez que se incluyen como parte de una comida y escoger siempre las alternativas más magras y de mayor calidad. Así podremos disfrutar de ellos sin poner en riesgo nuestra salud.