¿Cuántos días podemos guardar las sobras en la nevera?

Aunque algunas de las recetas pueden servir para hacer cocina de aprovechamiento, otros platos se tienen que guardar en la nevera para comer otro día. Pero, ¿cuántos días pueden estar en la nevera los alimentos que han sobrado? Para evitar cualquier riesgo, como una intoxicación alimentaria, es fundamental ser cautelosos con la manipulación de la comida y con su conservación. 

Saber por cuánto tiempo guardar las sobras no siempre tiene una respuesta exacta, pero tener una idea puede salvarte de consumir comidas contaminadas. Generalmente, podemos basarnos en algunas reglas para ayudarnos a determinar por cuánto tiempo puedes guardar tus sobras sin problemas y cuando es mejor tirarlas, evitando así el desperdicio de alimentos.

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, solo en 2020 se desperdiciaron 1.363 millones de kilos de comida, lo que significa que cada español tira 31 kilos de comida a la basura al año. 

El secreto para evitar que nuestras sobras terminen en la basura parte de la base de no cocinar de más si sabemos que no lo vamos a consumir. Dado que en múltiples ocasiones es complicado saber el número de comensales que seremos o si nos puede surgir algún imprevisto que nos impida tomar la comida o cena que habíamos preparado, cabe destacar que el frigorífico y el congelador serán nuestros mejores aliados. Eso sí, sabiendo que esos tuppers no pueden durar mucho tiempo ahí.

¿Cómo se deben conservar las sobras?

Como destacan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los microorganismos patógenos se reproducen con gran rapidez si se encuentran a una temperatura templada, por lo que hay que extremar las precauciones.

En primer lugar, los platos cocinados tienen que consumirse o ser guardados en el frigorífico en un plazo no superior a dos horas, para evitar la proliferación de bacterias. Las sobras pueden guardarse un máximo de dos o tres días en la nevera si van a ser consumidas en este plazo de tiempo. De lo contrario, la mejor opción es congelar los alimentos en lugar de conservarlos en el frigorífico.

Asimismo, se recomienda conservarlos en un recipiente diferente al que se utilizó para cocinar o en envases herméticos para reducir el riesgo de contaminación. Según la OCU, las temperaturas idóneas para conservar los alimentos en frío son:

• En el congelador por debajo de -18 °C.
• En la nevera, las carnes y pescados deben mantenerse entre 1 y 4 °C y el resto de alimentos entre 5 y 8 °C

Sin embargo, es muy común caer en ciertos errores que pueden echar a perder nuestras preparaciones. Por ejemplo, si introducimos el tupper caliente en la nevera aumentamos la temperatura de la misma perjudicando la conservación del resto de alimentos. Del mismo modo, si tapamos el envase cuando todavía está caliente y echando vapor, se quedará una capa de agua por encima del alimento, donde los microorganismos crecerán mucho más rápido.

El tiempo indicado

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) señala que la temperatura ideal para nuestra nevera se encuentre entre 0ºC y 5ºC, y que lo mejor es que los alimentos cocinados y los crudos se encuentren separados para evitar la contaminación.

Según la AESAN, estos serían, en líneas generales, los límites de días que pueden tenerse los alimentos en la nevera:

Carne cruda: 3 días, y dos días si es carne picada.

Carne cocinada: 3-5 días de ave, 3-4 días carne roja y un día en salsa o caldo de carne.

Pescado crudo: 2 días.

Pescado cocinado: 3-4 días.

Verdura: 3-5 días.

Jamón cocido: 3-5 días.

Jamón serrano: 2-3 meses.

Calamar y sepia: 1-3 días

Almejas, mejillones, ostras: 5-10 días.

Huevos: entre tres y cinco semanas con cáscara y tres días sin cáscara.

Huevos duros: 1 semana.

Legumbres: 2 días

Pasta: 2 días

Arroz: 1 día.

Sopas y guisos con verduras: 3-4 días.

En el caso de alimentos ricos en almidón​, como las legumbres y las pastas, lo mejor será consumirlas después del segundo día. Además, es importante conservar los alimentos cocinados bien envasados en recipientes herméticos, a poder ser de cristal.