¿Debo usar el mismo protector en la playa que en la montaña?

Entre pasar unos días de vacaciones en el mar o en la montaña, ¿hay alguna diferencia para nuestra piel?

Aunque el sol siempre es el mismo, nuestra piel reacciona de manera diferente, si estamos en la orilla del mar o a gran altura. Esto se debe a la cantidad de radiación solar que nos impacta. El sol es igual de peligroso en la montaña que al lado del mar, donde el agua, la arena o incluso el césped influyen en el grado con el que la luz solar impacta en nuestra piel. Pero todos hemos podido comprobar que en la montaña la piel se pone morena más rápidamente porque el sol “es más fuerte”, como decimos comúnmente. Esto es porque una gran parte de la radiación solar está bloqueada por la atmósfera terrestre y cuanto más espesa es, más actúa como filtro, como sucede en la playa.

En cambio, el grosor de la atmósfera disminuye a medida que se asciende a gran altura y la intensidad de los rayos ultravioleta (UV) aumenta casi un 5% cada 300 metros de desnivel. Debemos tener en cuenta que, a 1500 metros de altitud, la intensidad de los rayos UV es aproximadamente un 25% más que al nivel del mar.

Por ello, es muy importante seguir las reglas básicas para estar adecuadamente protegidos de los rayos solares que son dañinos para nuestra piel utilizando un protectora adecuado. Actualmente, el 80% del envejecimiento prematuro de la piel se debe a la exposición solar sin protección, así que protege e hidrata tu dermis con todos los productos necesarios y que mejor se adapten a tu estilo de vida.

Escoger el fotoprotector

Cuando vamos a un destino de playa, lo importante de es escoger un fotoprotector resistente al agua y estaremos protegidos en el agua hasta 40 minutos sin que pierda efectividad. Pasado ese tiempo, hay que reaplicar la crema para volver a estar protegido. También deben ser de amplio espectro y que protejan de los rayos UVA y UVB.

En cambio, en la montaña, el factor determinante de un protector solar es que sea de alto espectro ya que, al estar a más altura, los rayos atacan más directamente. Además, en épocas de nieve, ésta refleja hasta el roble los rayos. Así, debemos utilizar una protección alta, mínimo spf 30. 

Tal y como indica la Fundación Piel Sana, las reglas simples para un bronceado saludable y duradero son evitar la exposición al sol entre el mediodía y las 3h de la tarde, recordar usar crema protectora aproximadamente cada dos horas, hidratar la piel después de la exposición al sol, y beber mucha agua.