Anna Blanco
Practicopedia
Desinfectar los peines o cepillos del pelo es necesario
No basta con limpiar los peines o cepillos, también debemos desinfectarlos regularmente
Los cepillos del cabello o los peines, al igual que cualquier otro objeto de uso personal, deben limpiarse a menudo porque pueden acumular gran cantidad de cabello y de grasa tras su uso diario. Además, y para contribuir a mantener un pelo sano y bonito, es importante no solo limpiar regularmente peines y cepillos sino también desinfectarlos así nos aseguraremos de eliminar los restos de cuero cabelludo, caspa e incluso geles, acondicionadores y lacas que se quedan adheridos.
Vemos de qué formas podemos llevar a cabo un limpieza y desinfección completa de estos objetos:
Pasos a seguir para la limpieza
Para empezar, es necesario retirar de los cepillos o peines cualquier cabello que haya quedado del cepillado. Podemos ayudarnos de un bolígrafo o palo fino para asegurarnos de que no queda ninguno (el mango fino de un peine puede ser muy útil, deberemos sujetarlo por la zona de los dientes y pasar el mango entre las cedras del cepillo).
Una vez libres de pelos, es momento de lavarlos. Utilizaremos agua templada y un poco de jabón o champú (no es recomendable utilizar ningún producto de limpieza abrasivo que pueda dañar el cepillo). Para una limpieza más efectiva, es mejor dejarlos en remojo unos minutos y después enjuagar con agua. Si vemos que queda algún resto, podemos utilizar un cepillo de dientes para frotar entre las cerdas de los cepillos y así obtener una limpieza completa.
Finalizaremos la limpieza, secando bien los cepillos o peines con un trapo que no deje restos. Y nos aseguraremos de que no queden restos de agua dentro.
Pasos a seguir para la desinfección
Además de limpiarlo, es conveniente también desinfectar cepillos y peines. Para ello, podemos utilizar o bien amoniaco o vinagre y agua.
Si optamos por el amoníaco es muy utilizado para la desinfección de cepillos de púas. Solo tendremos que preparar una solución hecha con 1/4 de taza de amoniaco y 1 taza de agua y dejarlo los cepillos en remojo durante unos minutos (mejor si utilizamos guantes para proteger nuestras manos). Para acabar, enjuagamos con agua tibia y dejamos secar completamente antes de volver a utilizarlos.
Y si preferimos utilizar vinagre para conseguir la desinfección, mezclaremos 1/2 taza de vinagre con 1/2 taza de agua tibia y dejaremos peines o cepillos en remojo. Hay que vigilar que no estén más 30 minutos en remojo para evitar cualquier daño en las cerdas o mangos.