¿Desodorante o antitranspirante?

Aunque en tu día a día llames ‘desodorante’ a uno de los productos más utilizados en tu higiene personal diaria, debes saber que en la mayoría de los casos son antitranspirantes. En este artículo, vamos a tratar de explicarte las principales diferencias entre uno y otro.

El desodorante, según explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tiene únicamente acción bactericida y neutralizadora del olor, mientras que el antitranspirante, además, reduce la cantidad de sudor que producimos.

Los antitranspirantes tienen como objetivo reducir la cantidad de traspiración, es decir, de sudor, bloqueando los poros de las glándulas sudoríparas. Esto se consigue gracias a las sales de aluminio que llevan. Por ello, si lo que deseas es comprar desodorante en lugar de antitranspirantes, deberás revisar la etiqueta de los ingredientes y comprobar que no llevan sales de aluminio, aunque ya te adelantamos que no es fácil encontrarlos, ya que los antitranspirantes son los más consumidos y por lo tanto los que más están a disposición del consumidor en los supermercados. No obstante, podemos encontrar fácilmente los desodorantes en la sección de productos BIO ya que para formar parte de esta categoría no pueden llevar sales de aluminio.

Los desodorantes por su parte llevan ingredientes contra las bacterias como pueden ser el farnesol, esteres de glicerol, o incluso alcohol y, en algunos casos, el antibacteriano triclosán.

En definitiva, aquellas personas con problemas de exceso de sudoración se aconseja el uso de antitranspirantes, sin embargo, para el resto de las personas no se aconseja su uso frecuente. Por ello, es el momento de ir al baño y comprobar los ingredientes de aquello que estás utilizando, ya que quizás sea el momento de cambiar. Aunque si deseas seguir utilizándolo, siempre puedes enjuagar la zona a última hora del día para retirar el producto y dejar respirar a tus axilas.

Importancia del sudor

El sudor es la forma natural que tiene nuestro cuerpo de eliminar toxinas y regular nuestra temperatura corporal y es necesario. No tienen ningún olor ni color. Entonces, ¿por qué olemos?

Cuando nos viene un mal olor procedente de la axila suele ser provocado por las bacterias que allí se encuentran que, al unirse con la grasa de esta zona, provocan un olor fuerte.

Cuando nuestro Ph está descompensado nuestras axilas también pueden oler, así como ante situaciones de estrés, al llevar la ropa ajustada o sintética.

El vello en las axilas también hace que se acumulen más bacterias y por lo tanto se genere más olor. Esto, entre otros factores, es lo que hace que los hombres tengan en ocasiones un olor más fuerte que las mujeres.