Dónde se reciclan los cartuchos y el tóner de las impresoras

Hay artículos que sabemos reciclar con claridad, como por ejemplo los plásticos o el papel y el cartón. Sin embargo, otros pueden plantearnos dudas. Este es el caso de los cartuchos y tóner de las impresoras que tenemos en casa o incluso en una oficina. ¿Qué debemos hacer con ellos? ¿Se les puede dar una segunda vida?

En qué puntos

Tanto si queremos deshacernos de la misma impresora como de los dispositivos que usan para imprimir podemos reciclarlos en distintos lugares. Todos ellos pueden llevarse a alguno de los puntos limpios cercanos a nuestro lugar de residencia. Generalmente suelen tener un recipiente específico para cartuchos y tóner, mientras que las máquinas se deberán ubicar en el contenedor destinado a los aparatos electrónicos.

Existen además otras posibilidades. En ocasiones, las mismas tiendas donde adquirimos estos accesorios disponen de un servicio de recogida. Incluso los propios fabricantes a veces tienen sus propios programas. Además, deberemos estar atentos pues hay ocasiones en los que se recargan, de modo que tendremos que informarnos en la tienda o con el proveedor cómo funciona esta posibilidad.

Por otro lado, existen también ONG que aceptan aparatos electrónicos, en concreto, ordenadores y todos sus componentes y periféricos, porque a partir de los mismos crean otros nuevos. Estos los destinan a otros organismos e instituciones que carecen de recursos económicos suficientes para adquirir este tipo de dispositivos nuevos. Otras organizaciones se dedican a reciclarlos en las casas directamente y después de repararlos los venden a un precio más económico.

Cómo se reciclan

En las plantas de reciclado estos productos primero se pesan. A continuación se clasifican en función del tipo de residuo y si es necesario se desarman para ir separando cada uno de sus componentes. En este caso lo más contaminante siempre es la tinta (siempre suele quedar algún resto de la misma) de los cartuchos o el polvo de los tóner. Estos se tienen que retirar adecuadamente. A continuación se desmontan o desprenden los elementos a los que se puede dar un segundo uso como los plásticos o los metales.

Muchos de ellos simplemente se limpian de forma exhaustiva para quitar las posibles impurezas o las sustancias tóxicas, se trituran y se emplean para fabricar otros productos.