Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
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Viernes 15 de abril de 2022
ACTUALIZADO : Viernes 15 de abril de 2022 a las 8:58 H
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Quien no sea fumador necesitará un segundo solamente para identificar a aquellos que sí lo son. Acercarse a alguien que acaba de fumar o entrar en una habitación donde se acaba de apagar un cigarro deja una marca nada agradable en el ambiente que hace saltar la alarma en las personas que no tienen este hábito. Y es que los fumadores van perdiendo poco a poco la capacidad olfativa y con ello la de reconocer el olor a tabaco.
Nuestra casa es un sitio donde queremos que haya buen ambiente, que se respire aire fresco y cuyo buen olor reciba a los invitados y les cautive nada más cruzar la puerta. Si el tabaco lo impide, aquí te dejamos unos cuantos consejos para evitarlo:
Airear la casa a diario nos ayudará a evitar que el humo del cigarrillo impregne los muebles y las paredes. Un acto de limpieza que debe seguirse con otros como limpiar los ceniceros. No queremos decir vaciarlos, sino limpiarlos. Agua y jabón a diario hará que este foco de tabaco se reduzca al mínimo. La limpieza también debe seguir a los muebles. Una vez que les hemos quitado el polvo también podremos pasarles un trapo impregnado en vinagre blanco. Este producto natural conseguirá neutralizar y eliminar el mal olor.
Si en la solución anterior el vinagre nos ayuda a quitar el olor de los muebles y telas, también podremos usarlo para quitarlo del aire. Para ello nos bastará con media taza de agua caliente y un cuarto de vinagre blanco. Esta mezcla vertida en un bol nos durará aproximadamente 3 días. Al cabo de este tiempo, habrá que volver a hacer la operación.
Es otra solución natural y muy eficaz. En este caso no nos servirán los sobres de café, sino que necesitaremos granos enteros. En un recipiente pequeño con agua, vertemos una buena cantidad de granos de café y tendremos durante una semana la estancia con un agradable olor.
Este truco seguramente lo hayas visto en terrazas y algún sitio público. Echar arena en los ceniceros ayudará a que el humo de las colillas no se disperse por la habitación. Una trampa para el olor en toda regla.
Aquí puede decirse que un clavo saca a otro clavo. En este caso podremos utilizar cerillas con el ánimo de disipar el olor, pero si este fuera muy fuerte o la habitación muy grande, podremos optar por encender un poco de incienso. Este ayudará a acabar con los malos olores y su amplia gama permitirá que el ambiente huela a lo que nosotros queramos.