Anna Blanco
Practicopedia
¿Eres una madre controladora? Consejos para no convertirse en una
Anna Blanco
Foto: bigstock
Sábado 27 de junio de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 19 de julio de 2021 a las 16:47 H
4 minutos
Una mala relación con los hijos puede tener su hijos en una madre controladora
Las madres nos preocupamos por los hijos desde que nacen y, por supuesto, queremos lo mejor para ellos. Les educamos según nuestros valores y les vemos crecer esperando que se conviertan en buenas personas, que tengan éxito personal y profesional, que sean felices, etc. Hasta aquí todo de manual y, por supuesto, todas creemos que lo hacemos a las mil maravillas.
Pero pasa el tiempo y los niños se convierten en adultos, empiezan a vivir su vida, se independizan, se casan o viven en pareja, tienen hijos o deciden no tenerlos, y nosotras somos testigos de todo ello, pero ¿qué pasa cuando no nos conformamos con esto, sino que queremos tener un papel protagonista en sus vidas? Pues quizás seamos, sin saberlo, madres controladoras que no hemos entendido el rol que nos toca jugar en la vida de nuestros hijos adultos.
Cómo saber si somos madres controladoras
Una madre controladora es excesivamente protectora con sus hijos por lo que habitualmente se preocupa demasiado en todo lo relativo a ellos, creando problemas, incluso, donde no los hay o no permitiendo que los hijos tomen sus propios riesgos y decisiones.
Por otra parte, a menudo vive la vida a través de lo que hacen o experimentan sus hijos. Esto se traduce en que no suele tener una vida social propia -o es mínima-, independiente de sus hijos.
Otra característica de una madre controladora es que se cree con el derecho de decidir sobre el futuro de sus hijos (qué trabajo elegir, el piso donde vivir, con quien compartir su vida, etc.) y no acepta que no se tenga en cuenta su opinión.
Además, también suele utilizar la culpa como arma para tener controlados a los hijos con frases tipo 'con lo que yo me he sacrificado por vosotros y así me lo pagáis'.
Y, por último, otra cualidad de una madre controladora puede ser el uso de la crítica excesiva hacia sus hijos que puede provocar su inseguridad y dependencia.
Cómo evitar ser una madre controladora
Quizás podemos pensar que tampoco es para tanto y que es lógico preocuparse y querer ser parte de la vida de nuestros hijos y tendremos razón en hacerlo. Pero, si lo llevamos a un extremo y vemos que la relación con nuestros hijos se ha deteriorado y no es tan buena como nos gustaría, quizás es que debamos corregir algo en nuestro comportamiento.
Así que, si cumplimos con todos o algunos de los puntos anteriores podemos ponerle remedio si tenemos en cuenta algunas de estas recomendaciones:
- Ser conscientes de que lo somos ya es un punto a nuestro favor que facilitará solucionarlo porque hemos detectado el problema y tenemos ganas de superarlo.
- Debemos aprender a ser felices y disfrutar de la vida más allá de nuestros hijos por lo que es absolutamente necesario cuidar nuestro círculo social y buscar actividades y aficiones que nos gusten sin que tengan nada ver con nuestros hijos.
- Contar hasta 10 (o hasta 20) antes de coger el teléfono para llamar a un hijo si ya lo hemos hecho hace poco. Es decir, evitar llamarlo varias veces al día por cualquier pretexto.
- Y cuando hablemos con ellos o los veamos, debemos esforzarnos en que la conversación no gire siempre entorno a ellos o sus vidas. Hay que tener otros temas sobre los que hablar que pueden hacer más sólida la relación y evitar que los hijos piensen que queremos saberlo todo de ellos para poder controlarles.
- Y, por supuesto, tener una actitud abierta y de respeto ante las decisiones que tomen. Podemos aconsejarles o darles nuestra opinión, pero no intentar influir en exceso u obligarles a hacer lo que nosotros creemos que es lo mejor.
- Por último y muy importante, sería esforzarnos en tener una buena relación con las parejas de nuestros hijos. Es absolutamente clave, nos guste o no, para conseguir una buena relación con ellos.