Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl eccema es un término que designa varios tipos de hinchazón de la piel. También se llama dermatitis y se refiere a cualquier condición que hace que la piel se enrojezca, pique e inflame. Pero el correcto manejo de un eccema comienza por determinar qué tipo de eccema es.
La dermatitis atópica, el tipo más común y se muestra como parches rojos persistentes y rugosos en las mejillas de un bebé y también puede causar parches que pican detrás de las rodillas y los codos, en las manos, los pies, los tobillos, los párpados y en otros lugares. Es causada por una variante genética que hace que la piel sea menos capaz de retener la humedad, dejándola vulnerable a ser agravada por factores ambientales. Por ello, es más frecuente en niños y en algunos casos tiende a resolverse durante la adolescencia, aunque en otras personas puede persistir durante la edad adulta o manifestarse por primera vez durante esta etapa de la vida. Alrededor del 25% de las personas continúa teniendo eccema en la edad adulta o experimentan una recaída de los síntomas después de algunos años sin ellos, tal y como indica la Academia Española de Dermatología y Venereología.
En los adultos, la dermatitis de contacto también es común. Y como su nombre indica, ocurre cuando la piel está en contacto con algo que la irrita o a lo que somos alérgicos. Algunos de los desencadenantes más comunes de las reacciones cutáneas son el níquel, el esmalte de uñas, los adhesivos, las fragancias y los conservantes. Los productos de belleza que contienen retinol son cada vez más los culpables del eccema en las mujeres. Pero de repente puede desarrollar una sensibilidad a algo que has usado durante años o puede aparecer un sarpullido en una parte del cuerpo que ni siquiera estuvo expuesta al irritante. Esta es una dermatitis de contacto más que una alergia, y si evitamos el producto irritante, no tendremos otra reacción.
La clave para controlar el eccema es mantener la piel hidratada, pero son muchas las personas que cometen errores en su rutina de higiene diaria y se lavan con demasiada frecuencia o pasan demasiado tiempo en una ducha o baño caliente. Si tenemos eccema el agua tibia es mejor, y las duchas o baños deben cortos y no más de una vez al día.
Aplicar generosas cantidades de crema hidratante con la piel aún húmeda de la ducha es otra de las rutinas a seguir. Algunas personas solamente tratan la piel cuando está en pleno brote, cuando el objetivo es cuidar a diario la piel, para fortalecer la barrera cutánea y disminuir la frecuencia de los brotes.
Tampoco es conveniente utilizar cualquier crema corporal. Los productos naturales a menudo contienen ingredientes irritantes que puede desencadenar una respuesta alérgica en algunas personas.
Los productos para la piel atópica, tanto geles de baño, como cremas deben contener activos reparadores, hidratantes y emolientes, y no deben contener perfumes o fragancias ya que podrían irritar una piel que ya está previamente sensibilizada. Generalmente se aplican después del baño y 2 ó 3 veces durante el día. Es recomendable el uso de preparados de lípidos estructurales tales como las ceramidas, urea, ácido láctico, alfa hidroxi ácidos, o ácidos omega 6.
También deberemos aplicar en toda la superficie de la piel nuestra crema hidratante porque hoy el eccema puede ser en el brazo, pero después puede aparecer el brote en otra parte del cuerpo.
A veces, aunque hidratemos la piel adecuadamente, pueden aparecer eccemas que no podemos controlar con crema. Es el momento de usar fármacos como los corticoides tópicos que ayudan a controlar la inflamación (enrojecimiento, hinchazón, dolor y picazón), curando así los eccemas, explica la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica.