Anna Blanco
Practicopedia
Errores que cometes cuando guardas el pan
Para poder disfrutar del pan es necesario evitar malos hábitos que lo estropean
Nos ha sobrado pan del día anterior pero cuando vamos a echar mano de él está duro como una piedra o, al contrario, al comerlo parece que estemos masticando un chicle. Hay múltiples motivos que pueden explicar que esto suceda que van desde el tipo de pan que consumimos hasta cómo lo guardamos. Repasamos a continuación los principales errores que cometemos con el pan que provocan que se eche a perder fácilmente o de que no podamos disfrutar del placer de una buena rebanada de pan.
No todos los panes son iguales
Lo de que 'el pan ya no es como el de antes' lo hemos oído o dicho infinidad de veces y, en cierta medida, es verdad. En las últimas décadas ha aumentado considerablemente el pan elaborado de manera industrial que se conserva peor que el que se ha realizado de forma tradicional. Así, por ejemplo, generalmente el pan industrial se fermenta una sola vez, las barras se congelan para llevar a cabo el reparto y se recuece en hornos de aire forzado. Todo ello resulta en un pan que se seca más rápidamente. En cambio, para los expertos en esta materia es necesario comprar panes bien elaborados, con masa madre y largas fermentaciones que permiten que se puedan conservar en buenas condiciones hasta cinco días. Afortunadamente, cada vez hay más establecimientos especializados e, incluso, supermercados que ofrecen este tipo de pan de producción tradicional.
¿En bolsa de plástico?... depende del tipo de pan
Un error común en muchos hogares es guardar el pan con corteza en una bolsa de plástico porque el pan es un alimento higroscópico, es decir, tiene la propiedad de absorber la humedad. Y, al introducirlo en un material impermeable que genera humedad, como es el plástico, el pan la absorbe y queda blando, sin la textura crujiente de un pan recién hecho. Así que, a la hora de guardarlo, mejor optar por las bolsas de algodón de toda la vida o una panera de madera que permite que circule el aire.
Es necesario especificar que con el pan blando (de molde o tipo viena) sí que es conveniente utilizar bolsas de plástico porque como ya tiene una textura blanda, un ambiente con humedad ayuda a mantenerla evitando que se seque.
Mejor fuera que dentro de la nevera
A no ser que vayamos a congelarlo, no es conveniente que guardemos el pan en la nevera porque las bajas temperaturas lo resecan y endurecen la miga. Por tanto, si compramos pan de barra o de payés, debemos guardarlo a temperatura ambiente y en una zona seca donde no dé el sol directo. Además, hemos de tener en cuenta que cuanto más grande sea la pieza de pan, más tiempo aguantará en buen estado por lo que mejor si no lo compramos ya cortado en rebanadas si no tenemos previsto consumirlo todo a la vez.
Y si lo congelamos....
Para los expertos, no es una mala opción para conservar el pan pero, como es lógico, hay que hacerlo bien. Por ejemplo, debemos congelarlo con un envoltorio adecuado para conservar su humedad y para que no se queme con el frío del congelador (cubrirlo con papel de aluminio y meterlo en una bolsa de plástico o en un tupper hermético).
Y a la hora de descongelarlo, es necesario dejarlo a temperatura ambiente, envuelto en un trapo. Y, si tenemos prisa por consumirlo, utilizaremos la tostadora para acelerar la descongelación o, también recomiendan, ponerlo en el horno cinco minutos con calor fuerte para que quede crujiente. Lo que no debemos utilizar es el microondas para descongelar porque lo reblandece y se endurece más rápidamente.