Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
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Lunes 27 de diciembre de 2021
ACTUALIZADO : Lunes 27 de diciembre de 2021 a las 12:06 H
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El lavavajillas es uno de tantos electrodomésticos que nos hace poder disponer de más tiempo para realizar otras actividades o, simplemente, para librarnos de fregar un buen montón de latos. Es rápido, eficaz, no requiere de un gran mantenimiento y, si lo utilizamos de manera correcta, nos ayuda a reducir el gasto de agua. Con todo esto, se ha convertido en un electrodoméstico indispensable en muchos hogares.
No obstante, no siempre le damos el mejor uso. Según los expertos en mantenimiento y fabricación de este electrodoméstico estos son los errores más frecuentes a la hora de utilizarlo.
Tenemos costumbre de pasar a los platos un poco de agua para quitar la grasa que ha quedado en ellos, pero en realidad no tiene sentido hacerlo, pues el lavavajillas ya está preparado para ello, es su función. Lo único que es necesario es retirar los restos de comida.
Existen diferentes tipos de lavavajillas, diferentes capacidades y gamas, con más programas o con funciones más básicas. Antes de comprar este electrodoméstico, evalúa qué capacidad necesitas y cómpralo en función de la cantidad de platos y menaje que acostumbres a ensuciar. Ponlo en funcionamiento cuando esté lleno del todo, será la mejor manera de no derrochar agua y resulte más económico. Es preferible tener más menaje para llenar el lavavajillas, que hacer más lavados.
Si has de comprar un nuevo electrodoméstico no vayas a lo más barato. El precio del aparato está relacionado con la marca y las funciones que realiza, pero también con la calidad, la eficacia y, sobre todo, con el gasto energético y la durabilidad. Fíjate en la etiqueta de consumos, un buen lavavajillas es una compra segura.
Cada tanda de lavado utiliza básicamente tres productos: el detergente, la sal y el abrillantador. Tenemos tendencia a pensar que este último solo da brillo a los vasos y copas, pero también es el responsable de que salgan secos, tanto la vajilla como los cubiertos.
La sal no solo evitará que la cal se adhiera a la vajilla, también es necesaria para mantener en buenas condiciones la resistencia, el elemento que permite calentar el agua para el lavado, y evitar que se deposite la cal en ella. No reponer la sal en el orificio específico hará que la resistencia se vaya cubriendo de una gruesa capa de cal, el lavavajillas perderá eficacia, consumirá más electricidad, el motor se calentará más y acabará estropeándose.
Hay que colocar bien los cubiertos, con el mango hacia abajo de manera que la parte con la que se come quede fuera del cesto, de esta manera se conseguirá un lavado correcto de las partes más sucias. Los platos se tienen que colocar juntos, agrupados. Los utensilios más grandes en la bandeja inferior, no porque llegue más cantidad de agua sino porque es el lugar con más espacio.
Los vasos y copas se pueden colocar sin problema en el lavavajillas siempre que no se muevan y teniendo la precaución de que estén separados, pues podrían romperse al chocar entre ellos. Si se trata de cristalería fina es aconsejable no lavarla en el lavavajillas y optar por el lavado a mano para evitar el riesgo de rotura al tratarse de un cristal delicado.
Puede parecer una tontería, pero no es aconsejable introducir en el lavavajillas detergente destinado al lavado a mano de los platos.
En el lavavajillas se pueden lavar todo tipo de materiales pero se tiene que atender a los consejos del fabricante con determinado tipos de objetos. Por ejemplo, algunos moldes para pasteles, el fabricante indica que han de ser lavados en frío o con agua templada para evitar que se dañe con la alta temperatura que alcanza el agua en el lavavajillas.
Si bien el lavavajillas necesita poco mantenimiento más allá de utilizar los productos adecuados y revisar que no queden restos de comida en los platos, sí es importante revisar los filtros y difusores periódicamente, retirando los residuos que hayan podido quedar, como film transparente o algún trocito de comida, y tampoco está de más hacer una limpieza de vez en cuando.