Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorDebido a la pandemia de covid-19 que estamos sufriendo, el uso de guantes se ha convertido en un elemento de prevención frente al coronavirus, dándonos seguridad y cierta tranquilidad. A pesar de ello, los expertos en seguridad alimentaria afirman que se trata de una falsa seguridad y son partidarios de limitar al máximo su uso y dejarlo solo para ocasiones puntuales en que su uso esté justificado.
Puede parecer extraña esta recomendación, pero lo cierto es que, si bien los guantes son una primera protección ante cualquier microorganismo patógeno, lo cierto es que la falsa sensación de seguridad que nos aporta su uso puede desencadenar conductas de riesgo y según el estudio realizado por Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (@ECDC_EU) (ECDC, por sus siglas en inglés) se refleja que el número de lavados de manos de las personas que llevan guantes es significativamente más bajo que el de las personas que no los llevan, lo que se traduce en que se hace un mal uso de los guantes y unas medidas de higiene incorrectas.
Y como se publicaba en la revista Journal of Food Protecction, según una investigación llevada a cabo en 2007, los mejores guantes no sustituyen a un correcto lavado de manos, con lo que un uso inadecuado de los guantes puede ser tan contaminante como un incorrecto lavado de manos.
Llevar guantes no es sinónimo de que los alimentos que se vayan a manipular estén exentos de contaminarse. Al igual que las manos, los guantes son fácilmente contaminables y contaminantes si no se llevan a cabo las oportunas medidas de higiene.
Existen, además, otros riesgos. Su uso continuado y la sudoración que se produce por la falta de ventilación en el interior del guante facilita la proliferación de microorganismos. De hecho, el uso de guantes conlleva más riesgo de contaminaciones cruzadas que las manos desnudas ya que, en algunos casos, si los guantes, por ejemplo, los de látex que son muy finos, se rasgan y previamente no se ha llevado a cabo una buena higiene de las manos y tomado las precauciones adecuadas, las bacterias pueden llegar a contaminar los alimentos. Este riesgo aumenta cuando se llevan anillos o las uñas un poco largas.
Si bien decíamos que no es recomendable usar guantes para manipular los alimentos, sí hay algunas excepciones en las que usarlos está justificado para evitar la transmisión de enfermedades. Es el caso de las heridas, llagas y cortes, por ejemplo, que se puedan tener en las manos y que puedan ser tanto un foco de entrada como de salida de agentes patógenos. En tal caso, habrá que ser precavido y seguir las recomendaciones que hace la AECOSAN al respecto.
En resumen, tal como recomienda la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) “lo más adecuado es no usar guantes en la manipulación de alimentos y lavarse las manos tantas veces como sea necesario”, es decir muy a menudo.