Manuela Martín
Practicopedia
Estas son las partes más eróticas de hombres y mujeres
La ciencia confirma las orejas, pero añade otras zonas que desconocías, entre ellas, el cerebro
Más allá de la estimulación del pene o la vagina existen zonas erógenas por todo nuestro cuerpo que es posible que desconozcas. Si quieres saber dónde se encuentran estos puntos para descubrir nuevas formas de placer con tu pareja, sigue leyendo.
Seguro que una de las principales zonas erógenas en la que estás pensando son las orejas y tenemos que decirte que estás en lo cierto. Se trata de una de las zonas más erógenas tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, hay muchas otras, tal y como demostró un estudio realizado por la Universidad de Bagor (Gales) en 2014.
Después de analizar las relaciones sexuales de más de 800 participantes concluyeron que, en cuanto a zonas eróticas del cuerpo, no existe diferencia según la raza, procedencia, edad u orientación sexual.
Como indicábamos, más allá de los genitales -una de las zonas más erógenas para ambos sexos-, existen otras según el sexo.
En el caso de las mujeres, entre sus partes del cuerpo más eróticas se encuentran: la vulva, los labios, el cuello y la nuca, el pecho y los pezones, trasero y parte interior de los muslos y, como no, las orejas.
Por su parte, en el caso de los hombres destacan, más allá del pene: los labios, la zona interior de los muslos, el cuello y la nuca, los pezones, el perineo y, de nuevo, las orejas.
Por lo tanto, según este estudio, hay zonas erógenas comunes tanto en hombres como mujeres. Sin embargo, para que estas zonas sean realmente erógenas deben ir acompañadas de un clima y contexto adecuado.
El cerebro: el punto más erótico
Sí, has leído bien. Nuestros pensamientos e imaginación pueden hacer que un simple roce de manos sea la acción más erótica del mundo según lo que esto desencadene en nuestro cerebro (recuerdos de algún momento erótico en el que hemos utilizado o insinuado esa parte del cuerpo, evocación de alguna escena erótica, etc.).
En este sentido, para algunas personas puede llegar a ser muy erótico que le besen los dedos de las manos o que le toquen los pies. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que, no es que esas zonas sean erógenas, sino que hay personas a las que ese tipo de acción o zona les traslada a algún momento en su cerebro que desencadena una excitación, en algunos casos, fetiche.
Por lo tanto, el cerebro tiene un enorme poder en nuestro nivel de excitación y placer. En este sentido, no está demás utilizar la imaginación para aumentar nuestro placer sexual, siempre de manera consentida por ambas partes.