Anna Blanco
Practicopedia
Formas de fortalecer la memoria jugando
Convertir en hábito un juego para ejercitar la memoria es óptimo para nuestra salud cerebral
Dar por hecho que los fallos de memoria son una parte ineludible de hacerse mayor es un error ya que numerosos estudios atribuyen el deterioro de la salud de nuestro cerebro a un uso insuficiente de los recursos cognitivos, es decir, no hacerle 'trabajar'. Y es que el cerebro es un órgano, pero, en cierto sentido, funciona como un músculo: cuanto más lo utilicemos y lo entrenemos, más probabilidades hay de que su estado sea óptimo durante más tiempo.
Por tanto, mantener la actividad intelectual es clave para combatir el deterioro de la memoria y, para hacerlo, podemos utilizar el juego como una herramienta práctica, entretenida y, además, fácil de incorporar a nuestros hábitos diarios. Veamos opciones de juegos en solitario o en grupo, algunos de toda la vida, que pueden sernos muy útiles para mantener nuestra memoria en buena forma.
Las palabras como fichas del juego
El lenguaje es un elemento clave en el funcionamiento de los "engranajes" del cerebro por lo que los juegos con palabras son de gran ayuda para su mantenimiento. Existes muchas posibilidades como el clásico Scrabble -en sus múltiples versiones, tanto en formato físico como online y en aplicaciones para móviles y tabletas- y los no menos clásicos crucigramas.
Además, también podemos recurrir al juego de las palabras encadenadas donde una persona dice una palabra y el siguiente jugador debe decir otra donde la primera sílaba coincida con la última sílaba de la anterior.
Otra opción para jugar con las palabras y, a la vez, ejercitar nuestra memoria a corto plazo es hacer una lista con unas 15 palabras sin relación entre ellas. Leerlas y repasarlas durante un minuto y luego enumerar las que recordemos. Debemos repetir el juego cada 10 minutos (sin volver a mirar la lista).
Juegos matemáticos
En los últimos años, los sudokus se han popularizado, convirtiéndose en la alternativa numérica de los crucigramas. Los hay de diversos niveles de dificultad lo cual permite que todos encontremos uno que se adapte a nosotros y, además, con el aliciente de que, con práctica, podamos ir subiendo en dificultad.
Pero también existen otros juegos matemáticos, mucho más simples, que pueden ser resultar entretenidos como repasar las tablas de multiplicar que tanto estudiamos de pequeños o tratar de comprobar la cuenta del súper mentalmente.
Puzzles
Armar puzzles es una afición que comparten miles de personas en el mundo a las que, principalmente, les supone un desafío y, además, una actividad con la que disfrutan. Pero, resolver puzzles, también beneficia a la memoria. Y es que, a mayor cantidad de piezas, más tiene que trabajar nuestro cerebro para encontrar las relaciones entre las imágenes y recordar los fragmentos vistos con anterioridad para saber dónde pueden encajar. Por ello, la tarea de completar un puzzle es una actividad muy recomendada para la salud cerebral. Y, además de favorecer la memoria, sirven para aliviar el estrés y la ansiedad.
Jugar a inventarse historias
Esta propuesta es ideal para jugar con los nietos y consiste en sustituir los cuentos por historias inventadas por nosotros en las que intentaremos dar los máximos detalles para trabajar nuestra memoria. Otra variante, es tras leer un libro o ver una película intentar explicar el argumento a otra persona con la máxima precisión posible. En el esfuerzo de recordar todos los detalles pondremos a trabajar nuestra memoria.
El juego de la memoria
Imposible hablar de juegos para ejercitar la memoria sin hablar del popular Memory o también conocido como el de las parejas. La rutina del juego es muy sencilla. Para empezar, se mezclan todas las cartas y se colocan boca abajo. Cada jugador da la vuelta a dos cartas, si son iguales se las queda y si no lo son, las vuelve a girar. El objetivo es lograr memorizar la ubicación de las diferentes cartas con el fin de girar cartas idénticas que formen pareja. Y si no disponemos de un juego Memory, nos servirán igual dos juegos de barajas de cartas.
Y, además, hábitos que benefician nuestra memoria
Hay algunas actividades y hábitos muy simples que propician que el cerebro se mantenga "en movimiento" y, por lo tanto, en buen estado:
- Usar el reloj en el brazo contrario a donde siempre se lo ha llevado.
- Realizar ciertas tareas con la mano opuesta a aquella con la que siempre se han realizado (sostener un vaso, usar el mando a distancia, cepillarse los dientes, etc.).
- Vestirse con los ojos cerrados.
- Hacer trayectos diferentes para visitar lugares habituales, como la casa de familiares o amigos, una tienda, etc.
- Escribir un diario
Estos son ejemplos de cómo romper la rutina para que el cerebro deje de funcionar de manera automática. De ese modo se estimulan las sinapsis, es decir, las conexiones neuronales.