Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorUna cosa que casi todo el mundo hace al comprarse un móvil nuevo es adquirir, también, una funda. A todos nos preocupa que el dispositivo en el que nos acabamos de gastar unos cuantos cientos de euros acabe en el suelo con la pantalla destrozada. Sin embargo, cada vez son más los usuarios que deciden prescindir de este accesorio por una gran variedad de motivos que nos hacen plantearnos la pregunta: ¿es la funda realmente necesaria?
Uno de los principales motivos por los que la gente opta por no poner funda a su móvil es porque quieren lucir el diseño que el fabricante creó para ese dispositivo. Los desarrolladores de móviles de alta gama dedican muchas horas para que sus creaciones tengan unos acabados bonitos y elegantes, con pantallas infinitas y bordes redondeados. Es una pena tener que tapar todo este trabajo con una funda.
Aun así, también hay que tener en cuenta que las fundas presentan una gran oportunidad para la personalización, ya que están disponibles en una gran variedad de colores y diseños. De esta manera, nos permiten expresar nuestros gustos y, además, nos ayudan a diferenciar fácilmente nuestro móvil del de otra persona que tenga el mismo modelo.
Otro de los problemas de las fundas es que son un imán para la suciedad. La mayoría de las veces, al retirar la funda del móvil, su interior está lleno de polvo y a saber qué más. Este es uno de los principales motivos por el que muchos han renunciado a este accesorio. Sin embargo, hay que decir que existen fundas antibacterianas que, aunque son un poco más caras, pueden ser de gran ayuda para protegernos de los microbios más comunes de nuestro entorno y evitar ciertas enfermedades (aunque no protegen de los virus).
Otro de los principales argumentos que se suelen esgrimir en contra de las fundas es que pueden afectar la cobertura y el rendimiento de nuestros dispositivos. Es cierto que algunas fundas, sobre todo las más robustas, con componentes de aluminio o marcos metálicos, no dejan pasar las ondas inalámbricas y reducen la cobertura, pero las típicas fundas de silicona, plástico o piel no deberían suponer ningún problema. Lo más recomendable es buscar fundas que no cubran las antenas, que suelen estar escondidas en la parte superior del teléfono.
En cuanto al rendimiento, se dice que las fundas reducen la capacidad del móvil para mantener una temperatura óptima, ya que no dejan escapar el calor residual del dispositivo de manera adecuada. Sin embargo, esto solo es cierto para las fundas que tapan la pantalla, que es por donde el móvil deja escapar el calor. Es decir, hay que evitar las fundas tipo libro a toda costa.
Finalmente, el principal argumento a favor de las carcasas para el móvil es la protección frente a caídas y golpes. Sin embargo, hay quien aduce que una funda que ha costado unos pocos euros no protegerá mucho un dispositivo que ha costado cientos. Y aunque es cierto que los fabricantes de cada vez más usan materiales más resistentes y duraderos, el cristal no deja de ser cristal y se puede romper. Por ello, la pequeña inversión que supone una funda no es nada comparado con tener que pagar una reparación o comprar un móvil nuevo.
Además, otra ventaja de las fundas es que permiten un mayor agarre. Teniendo en cuenta que la tendencia es hacer móviles finos y completamente lisos, sin nada que permita cogerlos sin que se resbalen, una funda hecha de un material como la silicona o con algo de textura en los laterales puede ser lo que evite que se nos caiga el móvil.