Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorSi bien puede parecer una afección temporal, las quemaduras solares, que son el resultado de la exposición excesiva de la piel a los rayos ultravioleta del sol, pueden causar daños duraderos en la piel. El peligro va mucho más allá de cualquier dolor, enrojecimiento e incomodidad a corto plazo, porque después de que la quemadura solar desaparezca, el daño permanece y aumenta el riesgo de que una persona contraiga cáncer de piel.
Por ello, lo más importante es la prevención y proteger la piel del sol, todo el año. Aunque parezca que pierde intensidad, el sol en septiembre sigue siendo igual de peligroso para la piel que en julio y agosto por lo que debemos seguir usando protector solar. La radiación ultravioleta en España se incrementa desde mediados de la primavera hasta mediados de octubre.
Además, es importante comenzar a tratar las quemaduras solares tan pronto como las notemos. Tomar baños o duchas frías con frecuencia para ayudar a aliviar el dolor y aplicar una crema hidratante para retener el agua en la piel puede ayudar a aliviar la sequedad y recuperar la humedad. Si un área en particular se siente especialmente incómoda, podemos aplicar una crema de hidrocortisona que podremos comprar sin receta explica la Asociación Americana de Dermatólogo.
También podemos tomar aspirina o ibuprofeno para ayudar a reducir la hinchazón, el enrojecimiento y las molestias. Pero nunca reventaremos las ampollas que puedan aparecer (ya que se forman para ayudar a que la piel sane y protegerla de infecciones), ni pelaremos la piel si este proceso se ha iniciado, ya que es una señal de que el cuerpo está tratando de deshacerse de las células dañadas.
Beber más agua y usar ropa que cubra la piel son las siguientes recomendaciones a seguir según los expertos.
Las quemaduras solares aceleran el envejecimiento de la piel y son la causa principal en la mayoría de los casos de carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas y melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel. Para las personas de piel clara, especialmente aquellas con predisposición genética, juegan un papel claro en el desarrollo del melanoma.
Debemos tener en cuenta que el daño a la piel se acumula con el tiempo, comenzando con la primera quemadura solar. Y cinco o más quemaduras solares duplican con creces el riesgo de desarrollar melanoma.
Las personas que trabajan o practican deportes al aire libre tienen un mayor riesgo de sufrir quemaduras solares, pero incluso una quemadura solar con ampollas en la infancia o la adolescencia duplica con creces las posibilidades de desarrollar melanoma más adelante en la vida.
Por todo ello, la Skin Cáncer Foundation recomienda que todos los adultos se realicen un autoexamen de la piel mensualmente y consulten a un dermatólogo anualmente. El riesgo de padecer melanoma aumenta a medida que las personas envejecemos y la edad promedio de su aparición son los 65 años, según la Sociedad Americana del Cáncer.