Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
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Lunes 24 de enero de 2022
ACTUALIZADO : Lunes 24 de enero de 2022 a las 17:40 H
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El mentoring debe su nombre a la mitología griega. Mentor era el hijo de Alcimus en la mitología griega, quien apareció en la epopeya homérica La Odisea. En la vejez, fue un amigo cercano de Ulises, quien puso a Mentor a cargo de su hijo Telémaco, mientras el héroe luchaba en la Guerra de Troya para prepararlo en la sucesión como rey de Ítaca.
En esta figura de padre, consejero, maestro y tutor se inspiran los programas de mentoring, una vía para el desarrollo personal y profesional que pone en contacto a profesionales con experiencia relevante y voluntad de compartir conocimientos con jóvenes que pueden beneficiarse de su experiencia para avanzar en sus carreras.
De esta forma, el mentor invierte su tiempo, comparte su conocimiento y dedica su esfuerzo para que el mentorizado disponga de nuevas perspectivas, enriquezca su forma de pensar y desarrolle todo su potencial como persona y como profesional. Es el deseo de compartir y la vocación de aprender, las características diferenciadoras de los mentores, que se comprometen de forma altruista con una labor que también les aporta múltiples beneficios a nivel psicológico y social.
Los programas de mentoring son una opción a plantearse durante la jubilación para muchas personas que echan en falta su actividad profesional y desean poner en práctica todos los conocimientos adquiridos durante una vida, queriendo devolver parte de ellos a la sociedad. Además, puede ofrecer una conexión social muy necesaria, puesto que es una excelente forma de conectarse con los demás, al trabajar codo con codo con otras personas. Conocer a gente nueva, aprender de ellos y con ellos, permite ampliar nuestros puntos de vista y diversificar nuestras relaciones en el el día a día. También enriquecemos nuestros propios planteamientos y perspectivas y mejoramos nuestras habilidades al interactuar con personas más jóvenes que se enfrentan a nuevas experiencias.
Son diversos los estudios que conectan las interacciones sociales y los ejercicios de memoria (como compartir experiencias y habilidades) con una mejor salud cognitiva. En este sentido, el mentoring mantiene a las personas mayores y sus cerebros más saludables por más tiempo, según un artículo de Harvard Business Review, que asegura quelas personas mayores que asesoran a jóvenes pueden ser tres veces más felices que las que no lo hacen ya que siguen sintiéndose útiles y valiosas. Sentir que uno ha transmitido su amor, sus habilidades y su sabiduría puede ser una de las partes más satisfactorias del envejecimiento.
Según los expertos, para empezar, debemos preocuparnos por saber a quien vamos a asesorar y establecer unas reglas del juego creando un entorno de confianza, ya que el establecimiento de un punto de partida nos brindará mejores resultados. Para ser mentortes debemos ser persones que saben escuchar activamente, preguntar y comunicar de forma asertiva, manteniendo una actitud de apertura para invitar a la reflexión. Así los problemas que nos planteen debemos verlos como oportunidades de aprendizaje y desarrollo mutuos. Establecer límites y expectativas adecuados al comienzo de la relación, pero también permitir que ésta avance a medida que la persona mentorizada sigue con su desarrollo son algunas de las recomendaciones la Asociación Americana de Psicología.