Limpia tus joyas de oro de forma rápida y sencilla en 5 pasos

El oro pierde su brillo natural por el pH de nuestro cuerpo, por una reacción a un elemento químico (el más habitual es el cloro de la piscina) o por las diferentes impurezas que se pueden adherir a nuestras alianzas. Hoy te vamos a enseñar, mediante unos prácticos consejos, cómo devolver a tus anillos, pendientes y pulseras de oro el brillo que tenían el primer día. Pero antes de todo, te recordamos que, para mantener en buen estado tus joyas de oro, nunca debes guardarlas junto con otras de plata o de otro metal, ya que la proximidad con otros metales puede oscurecer su superficie por contacto. Clasificar las joyas por su composición es una acertada decisión si queremos conservarlas mejor.

Cómo limpiar el oro con remedios caseros

1. Vierte en un cuenco agua tibia con unas gotas de detergente lavavajillas y mezcla bien. No uses agua muy caliente o hirviendo, sobre todo si tus joyas tienen piedras preciosas, ya que los cambios bruscos de temperatura pueden afectar a la pieza y agrietarlas.
    
2. Introduce las joyas de oro en la mezcla y déjalas sumergidas durante al menos 15 minutos. Si tus joyas tienen perlas cultivadas, no recomendamos que las sumerjas durante mucho tiempo, ya que el agua caliente puede debilitar el pegamento de la perla.
    
3. Frota cada una de las joyas con un cepillo de cerdas suave e intenta acceder con delicadeza a todos los recovecos de la pieza donde puede acumularse la suciedad.
    
4. Enjuaga cada pieza con agua templada asegurándote de que no queden restos de jabón en ningún recoveco.
    
5. Seca a conciencia cada pieza con un paño suave y déjalas secar por completo al aire libre.

Por último, cabe añadir que hay diferentes tipos de oro y que no todos son igual de susceptibles de ser limpiados con estos métodos caseros. Los consejos que te hemos ofrecido en este artículo son muy útiles para las joyas de oro amarillo, pero ¿qué pasa con el oro blanco? El oro blanco es una aleación de oro puro con otros metales blancos como la plata, el paladio, el níquel o el platino. Además, se suele recubrir con una capa de rodio de alto brillo para obtener un acabado espejo. Por esta razón, es posible que pasado un tiempo nuestras joyas de oro blanco pierdan su brillo original. Si esto ocurre, la única forma de limpiar el oro blanco es llevarlo a la joyería para que vuelvan a darle esa capa de rodio.