Anna Blanco
Practicopedia
Limpiar el horno sin casi enterarnos es posible
Una forma de conseguir tener el horno impecable que podemos poner en práctica mientras dormimos
La limpieza del horno es una de las tareas más pesadas en la cocina y más si no hemos tenido la precaución de repasarlo tras cada uso. Cuando esto ocurre, la grasa está incrustada en paredes y bandejas y solo nos queda frotar y frotar. ¿O quizás no? A continuación, explicamos una forma de conseguir un horno limpio sin casi esfuerzo, es más, que podemos poner en práctica mientras dormimos.
Antes de empezar, solo necesitaremos bicarbonato de sodio y vinagre blanco, un estropajo que no raye (normal o suave), un trapo o una bayeta y un recipiente.
Una vez tengamos lo necesario, empezaremos por sacar las bandejas y rejillas del horno para ponerlas en remojo con agua y jabón de lavavajillas para ayudar a desincrustar la grasa y restos de suciedad.
El segundo paso será poner un poco de agua en un recipiente con dos cucharadas soperas de bicarbonato y remover. El objetivo es conseguir una pasta arenosa con la mezcla por lo que podemos corregir añadiendo más agua o más bicarbonato según consideremos. Por cierto, mejor si nos protegemos las manos con guantes en todo el proceso.
Como el horno ya está vacío, aplicaremos la pasta de bicarbonato por todo el interior del horno hasta dejarlo completamente cubierto. Y, a continuación, escurrimos las bandejas y las rejillas y también les aplicamos esta pasta y las colocamos en el horno.
Ahora es momento de dejar que el bicarbonato actúe unas horas así que, como comentábamos, podemos prepararlo antes de irnos a dormir para que trabaje durante la noche. Y, al día siguiente, solo tendremos que retirar la pasta de bicarbonato con un estropajo ligeramente humedecido. Notaremos que la pasta se ha oscurecido como prueba de que ha cumplido su labor de absorber la grasa y la suciedad.
Y si queremos subir nota, podemos pulverizar el horno con vinagre blanco diluido con agua y después pasar una bayeta para que quede perfecto. Al pulverizar el vinagre, es normal si sale espuma porque es una reacción con el bicarbonato que pueda quedar en el horno.
Y un último consejo: mucho mejor si, después de cada uso, damos un pequeño repaso al horno cuando aún no se ha enfriado del todo porque será mucho más fácil quitar la grasa y evitaremos que se acumule.