Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorCasi todo el mundo experimenta mal aliento de vez en cuando. Pero para algunas personas, el mal aliento es un problema diario y luchan por encontrar una solución. De hecho, hasta un 50% de la población puede llegar a padecer algún tipo de mal aliento. La halitosis a menudo ocurre después de una comida con ajo o en la mañana después de despertarnos. Otras causas de halitosis temporal incluyen algunas bebidas (incluidas las bebidas alcohólicas o el café) y el tabaquismo.
El mal aliento generalmente es causado por bacterias presentes en la boca. Algunos alimentos, al quedarse adheridos en la boca y las encías, se convierten en un gran alimento para las bacterias que allí habitan, lo que pocos minutos después se traduce en mal aliento. Así que no sorprende que la mayoría de los casos de halitosis estén asociados con una mala higiene bucal, enfermedades de las encías como gingivitis y periodontitis y boca seca, una condición en la que las glándulas salivales no pueden producir suficiente saliva para mantener la boca húmeda.
La diabetes tipo 2, la insuficiencia renal o la cirrosis también se asocian con el mal aliento, al igual que algunos fármacos pueden causar halitosis. Pero desde hace ya un tiempo se sabe que casi el 90% de las causas de ese mal olor, se encuentran en la cavidad oral, debido generalmente a una mala higiene oral, tal y como indica el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región.
Algunos consejos útiles para mejorar el mal aliento son relativos a la higiene oral, como cepillarse los dientes al menos dos veces al día, después de las comidas, y sobretodo pasar el hilo dental para retirar restos de alimentos. Y no olvides la lengua. Es importante limpiarla ya que en ella se acumulan numerosas bacterias. Frótala con suavidad hacia delante con un cepillo de dientes o un limpiador lingual.
Si quieres añadir frescor a tu rutina de higiene diaria puedes hacer gárgaras con un enjuague bucal sin alcohol antes de acostarte. Pero lo más importante es un cepillado de calidad.
Si tienes la boca seca, asegúrate de beber suficientes líquidos durante el día y usa agentes humectantes de venta libre, como un aerosol para la boca seca, enjuagues o gel humectante; porque la boca debe mantenerse hidratada.
Además, puedes enjuagarte con aceite de coco, de poder antibacteriano, y masticar hojas de menta, hinojo, romero o salvia.
Algunos suplementos como las sales de zinc tienen la capacidad de transformar los compuestos sulfatados en gases sin mal olor, igual que probióticos orales que crean una película o capa protectora alrededor de los diente y encías. De esta forma, evitan la desmineralización que caracteriza a la mayoría de las enfermedades en la boca.
Respirar por la nariz, no fumar y evitar los snaks, son otras de las recomendaciones que podemos seguir.