Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
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Miércoles 2 de diciembre de 2020
ACTUALIZADO : Sábado 5 de diciembre de 2020 a las 19:15 H
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La eficacia de la mascarilla no depende solo del tipo que escojamos sino también del uso, el trato y el mantenimiento que les demos, así como respetar las otras medidas de seguridad como el lavado de manos y mantener la distancia social. De forma que las mascarillas son solo un medio complementario de protección, y es fundamental seguir cumpliendo con el resto de medidas preventivas recomendadas por el Ministerio de Sanidad.
Tal y como indica Sanidad, las personas sanas preferentemente deben utilizar mascarillas higiénicas, que suelen estar compuestas por una o varias capas de material textil y pueden ser reutilizables o de un solo uso. Si son reutilizables, el fabricante indicará el número máximo de lavados porque a partir de ahí, no se garantiza la eficacia de la mascarilla. Por cuestiones de comodidad e higiene, se suele recomendar no usar la mascarilla durante más de 4 horas y en caso de que se humedezca o se deteriore, debemos sustituirla por otra.
Las mascarillas de tela entran en esta categoría y están disponibles en una amplia variedad de tejidos; además, también podemos fabricarlas en casa o comprarlas en una tienda. Su efectividad depende del tipo de tejido y el número de capas que contiene. La Organización Mundial de la Salud recomienda las mascarillas de tres capas con una capa interna de un material absorbente como el algodón, una capa intermedia de un material no tejido como el polipropileno y una capa exterior de un material no absorbente, como el poliéster o una mezcla de poliéster.
En el caso de los niños y niñas sanos a partir de 3 años deben usar mascarillas higiénicas acordes a cada rango de edad. Existen diversas tallas entre los 3 y los 12 años para que se ajusten mejor a la cara del niño y además es importante que un adulto supervise la colocación, el uso y la retirada de las mascarillas. En cuanto a los niños y niñas positivos por COVID-19, con síntomas o asintomáticos positivos, deben usar preferentemente mascarillas quirúrgicas o higiénicas con especificación UNE.
En cuanto a las personas enfermas, las personas sintomáticas o asintomáticas positivas deben elegir con prioridad mascarillas quirúrgicas, tal y como indican las autoridades sanitarias. Las mascarillas quirúrgicas son las que acostumbramos a ver en ambientes clínicos. Su objetivo es evitar que el personal sanitario y los pacientes infectados (o sospechosos de estarlo) transmitan agentes infecciosos y están diseñadas para filtrar el aire exhalado. De forma que su misión es proteger a quienes están a nuestro alrededor, evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar.
La OMS también recomienda utilizar una mascarilla quirúrgica si se es mayor de 60 años, se tienen enfermedades preexistentes, nos sentimos mal y/o estamos cuidando a un miembro de la familia enfermo.
Las personas en contacto con el virus porque cuidan o están en contacto con personas sintomáticas o positivos por COVID-19 usarán preferiblemente mascarillas EPI. Este tipo de mascarillas se recomiendan fundamentalmente para su empleo por profesionales para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario. También pueden estar recomendadas para grupos vulnerables por indicación médica. Las mascarillas EPI tienen como finalidad filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo. Por cuestiones de comodidad e higiene, se suele recomendar no usar la mascarilla durante más de 4 horas y en caso de que se humedezca o deteriore por el uso, se recomienda sustituirla por otra.
En cualquier caso, sea el que sea el tipo de mascarilla facial que elijas, debe cubrir siempre la nariz, la boca y la barbilla y sujetarla con tiras elásticas o cordones para que quede bien ajustada.