Mi silla cojea: ¿qué puedo hacer?

Trabajar o comer en una silla que cojea es bastante incómodo y molesto para muchas personas. Sin embargo, no te preocupes, tiene solución y es bastante sencilla.

Lo primero que tendremos que revisar es de dónde viene el problema: si es por un desgaste de los tacos, porque se han aflojado las uniones, o bien porque una pata sea más corta que la otra, entre otros problemas, ya que según cada caso tendremos que optar por una solución u otra.

Eso sí, otro consejo primordial es revisar que el problema no es del suelo. Para ello, pon en el mismo lugar de la silla que a priori tiene el problema otra silla igual. Si esta no cojea es que el problema no es del suelo y es de la silla y, por lo tanto, nos tocará arreglarla con algunos de estos trucos.

Tacos desgastados

Muchas sillas suelen llevar tacos protectores bien de plástico o de tela para evitar rayar el suelo. En ocasiones, esos tacos se pueden desgastar debido al uso o bien moverse e incluso perderse, provocando la molesta cojera de la silla. En estos casos la solución es muy sencilla: basta con poner un taco nuevo.

Si no encuentras un taco idéntico a los otros restantes es posible que tengas que cambiar los cuatro tacos. Además, es buena opción ya que, si solo cambias uno y algún otro está un poco gastado también, es posible que en poco tiempo comience de nuevo la cojera, con lo cual, es preferible cambiarlos todos a la vez.

Uniones

En ocasiones ocurre que se aflojan o se rompen las uniones. En esos casos, nos tocará hacernos con un destornillador para reajustar los tornillos o los clavos de la silla.

Algunos tipos de silla, debido al diseño o al uso habitual que le damos suelen sufrir este tipo de problemas muy a menudo. Por ello, te recomendamos que una vez que hayas apretado los tornillos correctamente, añadas un poco de cola para que esa unión dure un poco más de tiempo.

Si se ha rodo la madera en la unión necesitarás un poco de pasta para madera para rellenar las partes perdidas.  

Pata defectuosa

Si el problema se debe a que una de las patas de la silla es más corta que las demás porque la hemos comprado con un defecto podemos: o bien alargar la pata corta, o bien cortar las otras tres.

En el primer caso, tendremos que medir con precisión para saber la diferencia exacta que hay entre la pata corta y el resto. A continuación, cortaremos un trozo de corcho de ese tamaño y lo añadiremos con pegamento a la pata coja.

Si prefieres optar por cortar las otras 3 patas, tendremos que utilizar una lima o escofina, las cuales son preferibles que traten los profesionales si queremos un buen resultado.