N. Abril
Practicopedia
Nácar, metal, bronce, acero, porcelana… trucos para limpiarlos
En una casa hay muchísimos objetos decorativos, utensilios o bisutería de diferentes materiales. Plata, porcelana, bronce, metal, latón, cobre, nácar… Todos se manchan con facilidad y requieren de unos cuidados específicos. Te contamos algunos trucos caseros para mantenerlos como nuevos.
Bronce
Es un material muy común en los objetos decorativos. Para mantenerlo reluciente y brillante lo mejor es sumergirlas en un baño de vino tinto caliente; después dejamos secar la pieza y abrillantamos con un paño.
Latón o cobre
Estos dos materiales son de los más resistentes, sin embargo, pierden su brillo original con relativa facilidad. Una fórmula eficaz para limpiar los objetos fabricados con ellos es frotar con un paño humedecido en limón y después aclararlos con agua con gas. Para completar el proceso y que queden muy brillantes podemos frotarlos con media cebolla o preparar una pasta espesa de sal humedecida con vinagre y frotar el objeto con energía. Por último, secamos con un paño limpio y listo, como nuevos.
Nácar
Muchos objetos de marquetería, botones, piezas de joyas o bisutería pueden estar elaborados o contener piezas de nácar. Un material que produce unos reflejos muy peculiares pero que con el paso del tiempo va perdiendo brillo. Para recuperar el mejor aspecto basta con lavar las piezas con agua salada y después aplicar una capa fina de aceite de oliva.
Acero Inoxidable
Parece que estamos acostumbrados a que este material esté presente en los utensilios de cocina, pero lo cierto es que hay muchos elementos decorativos que están fabricados con él. Si tienes en tu casa chimenea o una cocina que genere hollín, úsalo para mantener el brillo de las piezas. Prepara una pasta con ese hollín y aceite de oliva; frotarlo sobre el objeto enérgicamente y luego abrillantar con paño de lana.
Metal
Uno de los materiales por excelencia de nuestros objetos decorativos, ya sea en su totalidad o como de una pieza en forma de asidero, tapa, pie… El metal se mancha muy fácilmente y además pierde rápido el brillo por lo que te proponemos que lo limpies siguiendo este truco: espolvorea un poco de sal sobre medio limón y frota con él el objeto de metal; después aclara con agua. Si las manchas son muy resistentes, frótalas (con muchísimo cuidado para no rayar la pieza) con un cepillo de cerdas de acero fino. Por último, pasa un paño limpio de algodón.