Manuela Martín
Practicopedia
¿Por qué cortar una cebolla nos hace llorar? Trucos para no sufrir
Tortilla de patatas ¿con o sin cebolla? La respuesta no siempre es cuestión de gustos, muchas veces el problema está en ¿quién corta la cebolla?
La cebolla es uno de los ingredientes más utilizados en casi todas las gastronomías y con numerosas propiedades y beneficios nutricionales. Naciones Unidas estima que al menos 175 países producen cebolla, el doble de los que producen trigo. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, solo en 2019, en los hogares españoles se consumieron 7,09 kilos de cebollas por persona.
Pero, ¿por qué lloras?
Seguro que te han hecho esa pregunta en más de una ocasión. Un científico japonés ha sido el encargado de dar respuesta a esta pregunta al descubrir las reacciones químicas que hacen que nuestros ojos lloren cada vez que cortamos una cebolla.
La cebolla contiene azufre que absorbe del suelo durante su cultivo. Al cortarla, rompemos las células que contiene en su interior, ocasionando que se vaporicen y se dispersen por el aire. Al entrar en contacto con el agua, como los ojos que son húmedos, se generan cantidades muy pequeñas de ácido sulfúrico. El cerebro reacciona diciéndole a los conductos lacrimales que produzcan más agua, es decir lágrimas, para diluir el ácido y proteger así los ojos.
Falsos mitos
Cuando en una reunión familiar o de amigos surge este asunto, siempre hay numerosos expertos en el tema con una infinidad de consejos y remedios para acabar con el lagrimeo. Sin embargo, tras entender la explicación científica, podemos decir que, trucos como masticar un chicle de menta, sostener un trozo de pan o una cerilla entre los dientes, ponerse en la cabeza piel de cebolla, colocar sal al lado mientras cortamos, pinchar una miga de pan en la punta del cuchillo o ponernos una cáscara de plátano en la cabeza, no dejan de ser ideas un tanto extrañas y sin base científica.
Sin embargo, sí existen algunos trucos que podrían ayudarnos en nuestra labor de cortar cebolla sin que suponga un drama.
- Cortar la cebolla debajo del grifo o dejarla en remojo un rato antes de comenzar a cortar.
- Congelar la cebolla unos 20 minutos antes de su manipulación.
- Encender la campana extractora.
- Mojar frecuentemente durante el corte la hoja del cuchillo o bien la propia cebolla.
- Cortar la cebolla con un cuchillo de filo fino y bien afilado, para que el corte sea limpio y rápido.
Por su parte, ya existen empresas de alimentos, como la japonesa Smile Ball, que trabajan en cebollas manipuladas para que no emitan esos compuestos lacrimógenos. Eso sí, su precio es el doble de una cebolla convencional. Con lo cual, lo mejor será aprender a cortar la cebolla con destreza y agilidad, cual chef de estrella michelín.