Anna Blanco
Practicopedia
Claves para sobrevivir a unas obras de reforma en casa si no puedes mudarte
Permanecer en nuestra casa cuando realizamos reformas va a requerir un gran esfuerzo y paciencia
Hacer obras en casa es un proyecto en el que se deben tener muchas cosas en cuenta, desde el presupuesto con el que contamos, los profesionales que la van a llevar a cabo, los materiales escogidos y así un largo etcétera. Un elemento que, a veces, no se considera relevante, pero es clave para superar las obras sin morir en el intento, es si vamos a vivir en el piso mientras se llevan a cabo o si, por el contrario, existe la posibilidad de mudarnos a otro sitio mientras duren.
Todo profesional de las reformas al que se le pregunte aconsejará que mejor no vivir en la casa durante las obras, pero no siempre es posible hacerlo o, incluso, hay quien prefiere quedarse para poder supervisar mejor el día a día del proyecto.
Si este es el caso y vamos a resistir en el hogar entre polvo, martillazos y pilas de materiales, aquí van unas recomendaciones para que sea lo más llevadero posible:
La decisión de quedarse en casa debe tomarse de forma muy meditada, valorando todos los contras. Es decir, hemos de ser conscientes de los inconvenientes e incomodidades por los que pasaremos (ausencia de limpieza y de intimidad) y, además, el tiempo que pueden durar las obras. Por tanto, muy importante saber a qué nos enfrentamos para tener el temple de soportarlo dignamente.
El incumplimiento de los plazos es un clásico que acompaña a casi todas las obras y nunca es , evidentemente, porque se acorten sino porque se alargan mucho más de lo previsto. Así que, un buen consejo es planificar muy bien el proyecto, cuanto va a durar cada fase y tener en cuenta imprevistos para así empezar las obras con una previsión realista, lo que facilitará adaptarnos a ellas.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta es el período del año en el que realizar las obras. Si vamos a permanecer en casa, los meses cálidos pueden ser mejores porque es más fácil pasar tiempo fuera (sobre todo si se tienen niños) y así no coincidir las horas en las que estén realizando los trabajos en casa. Además, también se ha de planificar si las obras pueden coincidir con algún proyecto profesional relevante que va requerir toda nuestra atención o con periodos de vacaciones en los que deberíamos pasar más horas en casa.
Por otra parte, hay que analizar cómo vamos a solucionar nuestras necesidades básicas: comer, dormir, ducha, acudir al aseo.... es necesario asegurarse que siempre haya durante las obras un baño completo operativo (indispensable) y genial si se puede mantener una habitación libre de obras donde guardar aquellas cosas más delicadas o, simplemente, tener un refugio donde aislarse. En este sentido, también tendremos que estudiar cómo vamos a almacenar, sin que entorpezca la obra, enseres y mobiliario.
Una vez que empiecen las obras, es necesario pactar un horario de jornada de trabajo con los operariosque siempre deben respetar para así disponer de nuestro tiempo al principio y al final del día.
Y, finalmente, paciencia... mucha paciencia. Y es que no podemos garantizar que, aún siguiendo estas recomendaciones, las obras pasen en un suspiro, pero sí que sean más llevaderas.