María Martínez Denia
Practicopedia
Dónde colocar cada alimento en la nevera para evitar intoxicaciones alimentarias
El 25% de las intoxicaciones alimentarias se deben a una mala colocación de los mismos en la nevera
Conocer el orden perfecto para colocar los productos alimenticios en el frigorífico es muy importante ya que de esta forma evitaremos que todos ellos se refrigeren a la temperatura que necesitan. De esta manera, los microorganismos patógenos no se reproducirán de forma acelerada, provocando intoxicaciones alimentarias.
Sobre este asunto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanzaba el dato de que el 25% de las intoxicaciones alimentarias se deben a una mala colocación de productos alimenticios en las neveras.
Cuando hacemos la compra solemos colocar los productos sin pensar demasiado y rellenando huecos para que entre la mayor cantidad posible. No obstante el Ministerio de Sanidad indica que hay que mantener la temperatura de refrigeración, es decir, la circulación del aire, entre los 0 y los 5 grados. Una vez conocemos esto, debemos organizar la nevera según las necesidades de los alimentos que se vayan a almacenar y colocarlos en los lugares idóneos.
Parte superior y central
Unas de las zonas más frías de la nevera se ubican en la parte superior y central. Estas tienen un nivel de temperatura perfecto para los alimentos que se empiezan a consumir y están abiertos, por ejemplo los embutidos, quesos, platos cocinados, conservas o postres.
Parte inferior
Por otro lado, el apartado con la temperatura más baja, es la zona inferior. Aquí se recomienda almacenar alimentos perecederos como carnes y pescados crudos, además de alimentos para descongelar.
Cajón inferior
En este estante se recomienda almacenar productos que no necesiten demasiado frío para conservarse, como las frutas y verduras. Si estos alimentos se enfrían más de la cuenta, pueden correr el riesgo de deteriorarse. El cajón funciona como un aislante del frío para este tipo de alimentos.
Puerta
Esta es la zona menos fría de la nevera y, gracias al espacio que ocupa, se conservan bebidas, salsas (ketchup, mayonesa, mostaza...), e incluso productos lácteos como quesos blandos y mantequilla.
En cuanto a los huevos, aunque siempre hemos pensado que se colocaban colocar en la puerta de la nevera, es inadecuado debido a su exposición a los cambios constantes de temperatura al abrir y cerrar la puerta. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) lo explica así: “Esto puede facilitar la condensación de la humedad en la superficie del huevo. Ese agua puede favorecer el crecimiento de bacterias, que pueden entrar en el interior del huevo a través de los poros de la cáscara”.