Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorAlrededor del 30% de lo que tiramos a la basura son restos de comida y desechos de jardín, tal y como indica la Agencia de Protección Ambiental (@EPA). Hacer compost casero nos permite reducir la cantidad de basura que acaba en el vertedero o la incineradora y cerrar el ciclo de la materia orgánica. Además, obtendremos un abono de elevada calidad para nuestras plantas de la terraza, huerto o jardín sin ningún tipo de producto químico. Esto nos dará como resultado plantas más grandes, flores más bonitas y un jardín más saludable sin coste adicional. Solamente tienes que empezar a guardar las sobras de tu comida y convertirlas en alimento para las plantas.
Hay muchas recetas o formas diferentes de hacer compostaje o preparar compost casero, pero la que te proponemos a es una de las más sencillas. Tal y como indica el Manual de Compostaje publicado por el Ministerio para la Transformación Ecológica y el Reto Demográfico, los pasos básicos para preparar un compost casero de calidad son tres: preparar el compostador, ir añadiendo los desechos orgánicos por capas y, por último, hidratar bien tu fertilizante orgánico.
Siguiendo estas pautas, obtendrás abono orgánico de forma rápida (podrás hacer abono en tan solo tres meses) y sin olores o problemas de plagas.
Según la Agencia de Residus de Catalunya hay diversas formas de hacer el comportaje: en pilas, que es la forma tradicional de hacer autocompostaje y permite mezclar los restos de la cocina y los restos vegetales en una pila sobre el suelo. O bien en un compostador a ubicar en el jardín, en el huerto o en el patio. Y aunque el compost puede hacerse en una simple pila, resulta más práctico, por cuestión de espacio, el uso de un compostador, la herramienta principal para realizar el proceso. Hay diferentes tipos de compostadores, de plástico, de madera y de reja, pero todos deben tener una serie de requisitos, como un sistema de ventilación para permitir la entrada de oxígeno; un sistema de cierre superior, para evitar la inundación por lluvia, y facilidad de apertura y manejo.
Son muchos los restos que pones poner en el contenedor: hojas, esquejes de plantas, recortes de césped, restos de frutas, panes y cereales, posos de café y filtros, bolsas de té, cáscaras de huevo, astillas y cenizas de madera, tierra de macetas, flores cortadas, o servilletas de papel usadas. Pero no es recomendable agregar restos de carne o pescado, productos lácteos, grasas o aceites, heces de perro o gato, ceniza de carbón vegetal, ni materiales que no sean orgánicos.
Todos los materiales orgánicos contienen carbono y nitrógeno en proporciones variables y nos interesa tener partes aproximadamente iguales de materiales ricos en nitrógeno y ricos en carbono. En general, los materiales húmedos o verdes, como los recortes de césped, los restos de comida y los esquejes de plantas, contienen una mayor proporción de nitrógeno que los materiales secos o marrones, como la madera, el papel y las hojas de otoño.
Para crear las condiciones ideales para el compostaje, intenta incluir partes aproximadamente iguales de ambos y coloca capas o mezcla los materiales en el contenedor. Si usamos solamente restos marrones también se convertirán en abono, pero tardará más tiempo. En cambio, si agregamos demasiadas verduras, el compost puede generar olores. Para evitar olores o plagas, entierra los restos de comida debajo de los restos como hojas, ramas, astillas de madera o tierra. En cualquier caso, para obtener un buen compost lo mejor es utilizar una gran variedad de materiales. Cuanto más triturados estén, más rápido obtendremos el compost.
Los microorganismos del compost necesitan oxígeno y agua para sobrevivir. Para asegurarnos de que el aire pueda penetrar hasta el centro del compostador o la pila, podemos airearlo volteándolo o mezclándolo periódicamente. Además, como el compost debe estar húmero, pero no empapado, es posible que desees regarlo periódicamente durante un período de sequía o después de agregar grandes cantidades de materiales secos.
Una vez conseguido el abono orgánico, lo mezclaremos en lechos de flores y plantas; con la tierra de nuestras macetas para revitalizar las plantas de interior; o esparciéndolo en el césped como fertilizante. Sobretodo, si elaboras abono con esquejes de plantas o recortes de césped que han sido rociados con pesticidas, evita usarlo para tu huerto.