Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa podofobia es el rechazo o miedo irracional a los pies lo que produce sentimientos de asco, repulsión o rechazo, tanto a los pies ajenos como a los propios, a los cuidados y bonitos como a los descuidados, sucios o lesionados.
Se trata de una fobia muy limitante pues quien la padece sufre, además, de ansiedad fóbica por no poder deshacerse de los pies. Por otro lado, al sentir este rechazo, estas personas suelen descuidar sus pies por temor a tocarlos, por lo que suelen aparecer lesiones, hongos u otras alteraciones que, con el tiempo, reducen la calidad de vida y sus relaciones interpersonales.
Generalmente las personas que sufren de podofobia ante una imagen, la presencia o el pensamiento asociado a los pies humanos pueden hacer un cuadro de dificultad respiratoria, taquicardia, sudor, temblor, náuseas y mareos, entre otros. Este rechazo existe incluso ante pies sanos, aseados y cuidados y es aún mayor cuando el pie está enfermo.
Es una fobia que tiene una mayor prevalencia en adultos, aunque en ocasiones también afecta a los jóvenes, los cuales muestran su rechazo por medio del llanto, arcadas, vómito y/o frustración.
Si bien se sospecha que la causa de este tipo de fobia es de carácter genético, lo cierto es que hay poca literatura que profundice en ello, siendo de mayor utilidad para el tratamiento trabajar en las causas psicológicas. Algunos de los desencadenantes de este miedo o rechazo a los pies podemos encontrarlos en:
Este tipo de fobias corporales suele afectar más a las mujeres que a los hombres, aunque cursa de la misma manera. Si se presenta en la adolescencia es más fácil de tratar y aplicar medidas correctivas para una evolución positiva. Si por el contrario aparece en la edad adulta será más difícil de tratar, especialmente si hace tiempo que está presente.
En caso de sufrir o tener sospechas de padecer esta fobia lo mejor es contactar con un profesional que, tras hacer un diagnóstico, aplicará un tratamiento psicológico, correctivo y, si es preciso, farmacológico para controlar los estados de ansiedad.
Por otro lado, la hipnoterapia puede ayudar a descubrir la causa de la fobia y a exponerse a los pies de manera controlada, sin que sea en un contexto hostil, que permita ver los pies y recibir estímulos desde otra perspectiva.