Manuela Martín
Practicopedia
Pon a punto tus abrigos y chaquetas de pluma
El otoño está a la vuelta de la esquina y seguro que ya has pensado en poner a punto tu ropa de invierno. Es el momento de sacar los chaquetones de plumas y los edredones entre otras prendas de abrigo.
Sin embargo, hay quien teme este momento y prefiere llevarlos a la tintorería, lo que supone un gasto adicional, o directamente no lavarlos por miedo a estropearlos o a que se apelmacen. Pero como casi todo en la vida, su éxito en el lavado es cuestión de paciencia.
Los chaquetones de plumas son muy prácticos y muy utilizados especialmente en ciertas zonas de España donde alcanzamos temperaturas muy bajas, ya que dan calor y nos aíslan del frío. Ello se debe a su composición: plumas, de animales o sintéticas, que crean una cámara de aire que protege el calor de nuestro cuerpo del exterior.
Si optas por llevarlo a la tintorería, adelante, pero si prefieres hacerlo en casa, vamos a darte unos consejos útiles para que alargues su vida. Eso sí, lavarlos siempre es la mejor opción, ya que con ello acabamos con los ácaros, olores y restos de suciedad, extendiendo la vida de estas prendas.
¿Cómo lavar mis prendas de plumas?
- En el caso de los chaquetones, dale la vuelta para lavarlo del revés y cierra las cremalleras.
- Lava tu prenda sola, en agua fría y en un programa de ropa delicada.
- Y por último, utiliza un centrifugado suave.
Y por fin llegamos a la clave del asunto. El secado, que devolverá a las plumas la suavidad y su correcta distribución por el espacio.
Las plumas son un material muy delicado y con un largo tiempo de secado. De ahí que si lo hacemos en la secadora, será más rápido que al aire, pero en cualquiera de los dos casos, insistimos en la paciencia.
Si tienes la suerte de contar con una secadora, lo mejor es utilizar programas lentos y a bajas temperaturas. Pero el quid de la cuestión es introducir dos o tres pelotas de tenis durante el secado. Los golpes de las pelotas con la prenda durante el secado ayudarán a esparcir mejor las plumas y ayudar a que la prenda recupere su forma inicial. Se trata de una acción que requiere tiempo, ya que aunque pienses que las plumas están secas, si miras al trasluz la prenda o bien al tacto, observarás que aún no están lo suficientemente distribuidas por el espacio, con lo cual, deberás continuar con el secado.
Si tu opción por el contrario es secar tus prendas al aire, lo mejor es colocarlo en una superficie plana, evitando así al colgarlo, que las plumas se amontonen en la parte inferior debido a su peso. Evita los rayos del sol y agítalo con frecuencia mientras se seca para mover las plumas y distribuirlas por todo su interior.
Hasta que no esté completamente seco, no verás su resultado, con lo cual, espera el tiempo necesario para que quede en perfecto estado.