Toni Esteve
Porqué
¿Qué es mejor dormir con almohadas altas o bajas?
Nuestra complexión y la posición en la que dormimos determinan el tipo de almohada óptima
La almohada es uno de los elementos más personales de cuantos utilizamos para descansar, hasta el punto de que hay quién no se va de viaje sin llevarse la suya a cuestas. Por supuesto, su elección depende de la persona, su estado de salud y su comodidad, ya que el objetivo es que contribuya a un buen descanso nocturno. Pero si no tenemos problemas de salud, en principio para elegir la almohada correcta simplemente debemos tener en cuenta nuestra complexión y la postura en la que dormimos.
Según la Asociación Española de la Cama (ASOCAMA), el modo en el que dormimos (boca arriba, boca abajo o de lado) “es el elemento más relevante”. En este sentido, afirman que “hay almohadas de diferentes materiales y tecnologías pero lo que se valora fundamentalmente es la firmeza (blanda, media o dura) o altura (alta, media o baja). Por ejemplo, una persona que duerma de lado, mantiene una distancia entre la cabeza y el colchón mayor que otra que duerma boca arriba, por lo que necesitará una almohada más alta y firme para descansar correctamente”.
Por supuesto, existen modelos ergonómicos y con formas específicas que se adaptan no solo a nuestra complexión y nuestra posición al dormir, sino que también pueden contribuir a que los dolores de cervicales, por ejemplo, no vayan a más e incluso a aliviarlos. Pero, en definitiva, la almohada correcta es aquella que mejor mantiene la posición natural de la columna, en función de cómo sea su postura al dormir. Así, los expertos recomiendan una almohada de una altura de unos 10 cm para aquellas personas que duermen boca abajo, mientras que quienes duermen boca arriba deberían tener una de entre 12 y 13 cm (y siempre con una altura más baja que la de nuestros hombros). Por último, la almohada más alta (unos 15 cm) deberían usarla quienes descansan de lado. En cualquier caso, lo mejor es que la pruebes bien en la tienda antes de decidirte por la tuya. En el caso de que no puedas probarla, es preferible escoger una de firmeza y altura media.
¿Caducan las almohadas?
Al contrario de lo que sucede con los colchones, que los fabricantes recomiendan cambiar aproximadamente cada diez años, para las almohadas no existe un consenso sobre cada cuanto tiempo tendríamos que cambiarla por una nueva. Sin embargo, desde ASOCAMA aseguran que “el desgaste de la almohada es mucho más evidente por lo que el consumidor puede valorar la necesidad de cambio sin dificultad”.
En cualquier caso, nuestro equipo de descanso está compuesto por la base del cochón, el propio colchón y la almohada. Debemos tener en cuenta, por ejemplo, que nuestra base puede aumentar o paliar la sensación de firmeza o elasticidad del colchón que probamos previamente en la tienda. De modo que lo ideal sería cambiar todo nuestro equipo de descanso cada diez años.