La cantidad de sal que hay que echar a las comidas es un debate que lleva muchos años abierto. La realidad es que el exceso no es bueno, pero puede que la cantidad de este ingrediente para algunos no sea suficiente, y por eso decidan echarse un poco más porque consideran que su plato está 'soso'. Sin embargo, ¿es bueno hacer esto?
La ciencia ha respondido a esta pregunta a través del estudio del Biobank británico, una base de datos biomédica a gran escala, que se ha publicado en el European Heart Journal.
El estudio analizó as respuestas de un cuestionario que realizaron de más de 500.000 personas entre 2006 y 2010 sobre cómo consumían la sal, y cuánto consumían. En concreto, el estudio quería saber la cantidad de sal que las personas añadían a las comidas después de que estas fueran cocinadas.
Con las respuestas sobre la mesa, los investigadores dieron un plazo de 10 años para ver cómo evolucionaban los participantes. Ahora conocemos las respuestas.
El estudio asegura que cuanta más sal añadían, mayor era la probabilidad de muerte prematura: "Nuestros hallazgos están en línea con los estudios previos que muestran consistentemente que el alto consumo de sodio está relacionado negativamente con varios resultados de salud como la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares", señala Lu Qi, autor principal del estudio y profesor de epidemiología en la Universidad de Tulane en Nueva Orleans.
El estudio apunta que las personas que siempre añadían sal a las comidas después de cocinarlas, tenían un 28% más riesgo de morir prematuramente que aquellos que nunca o rara vez lo hacían.
Una cucharadita de sal al día
Las conclusiones del estudio no son nuevas, y desde hace años los expertos han alertado de las consecuencias de consumir sal en exceso. De hecho, la Asociación Americana del Corazón, recomienda a los adultos consumir 2.300 miligramos de sal al día, aunque lo mejor serían 1.500 miligramos.
Por su parte, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido cree que lo mejor es una chucharadita de sal al día.
Seguir estas recomendaciones es muy importante porque al año muerte más de tres millones de personas en todo el mundo, por alto consumo de sodio. De hecho, el estudio también estimó que la esperanza de vida de las personas mayores de 50 años que consumen sal en exceso, se reduce en 1,5 años y 2,28 años, en comparación con los que rara vez consumían.
"Que yo sepa, nuestro estudio es el primero que evalúa la relación entre la adición de sal a los alimentos y la muerte prematura -asegura-. Proporciona pruebas novedosas para apoyar las recomendaciones de modificar los comportamientos alimentarios para mejorar la salud. Incluso una modesta reducción de la ingesta de sodio, añadiendo menos sal a los alimentos o no añadiéndola en la mesa, es probable que produzca beneficios sustanciales para la salud, especialmente cuando se consigue en la población general", asegura Qi.
Para conseguir reducir este consumo, puedes empezar a cocinar con especias para que los platos no pierdan sabor y evitar los alimentos ultraprocesados: "Añadir sal a los alimentos en la mesa es un comportamiento alimentario común que está directamente relacionado con la preferencia a largo plazo de un individuo por los alimentos de sabor salado y la ingesta habitual de sal. En la dieta occidental, añadir sal en la mesa representa entre el 6 y el 20% de la ingesta total de sal y proporciona una forma única de evaluar la asociación entre la ingesta habitual de sodio y el riesgo de muerte", apunta el investigador.
Además, el consumo de frutas y verduras también ayuda a reducir el riesgo: "Son fuentes importantes de potasio, que tiene efectos protectores y se asocia a un menor riesgo de muerte prematura", concluye Qi.
A pesar de estas conclusiones, el autor principal del estudio ha asegurado que al tratarse del primer estudio ".que informa de una relación entre la adición de sal a los alimentos y la mortalidad, se necesitan más estudios para validar los resultados antes de hacer recomendaciones".
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.