Javier Anula
Porqué
Por qué no deberías beber el agua del primer chorro que sale del grifo
Hay algunos factores que afectan al contenido de ciertos metales en el agua
En España, por lo general, el agua del grifo no sólo es apta para el consumo humano sino que además es de una gran calidad, gracias a los avanzados sistemas de filtrado y depurado con los que cuenta la infraestructura hidráulica. No obstante, como con tantas cosas, debemos tomar algunas precauciones a la hora de consumirla para proteger nuestra salud.
Algunas personas utilizan filtros que se acoplan al grifo y sirven para eliminar, en teoría, la cal y el mal sabor del cloro del agua, pues llevan filtros de carbón activo. Lo cierto es que en zonas como Madrid, por ejemplo, usar uno de estos filtros carece de sentido porque el agua apenas contiene cal.
No obstante, en algunas zonas de la costa mediterránea, con sustrato calcáreo, puede notarse más la presencia de la cal, aunque no en el sabor ni tampoco en la salud. Los filtros podrían ser útiles en estas zonas por otras cuestiones de sabor o cuidado de los electrodomésticos e incluso para evitar depósitos de cal en desagües, pero no por salud.
El primer chorro de agua que sale del grifo debería evitarse
Una de las pautas para proteger nuestra salud es evitar beber el agua del primer chorro al abrir el grifo. Puede resultar algo extraño, pero así lo recomienda desde el año 2005 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y lo recoge la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
Esto se debe a que hay algunos factores que afectan al contenido de ciertos metales en el agua, como el tiempo de residencia del agua en las tuberías de distribución del agua o el tiempo de estancamiento.
Entre estos metales se encuentra el níquel, un elemento que el organismo humano no necesita para su correcto funcionamiento y que en determinadas dosis puede resultar tóxico.
En la mayoría de los casos el agua puede tener unos niveles tolerables de níquel para la mayoría de las personas, pero existen algunas que son más sensibles a este metal y la ingesta con concentraciones demasiado elevadas podríar dañar su salud. Es por esto que antes de beber el primer chorro que sale del grifo, lo más recomendable es dejar correr el agua unos segundos y luego si consumirla.
Aún así, el propio organismo reconoce que el riesgo de la migración de níquel al agua y a los alimentos desde los materiales que están en contacto con ellos (como el grifo o las tuberías) es mucho menor que el aporte que de manera habitual encontramos en la dieta, y que proviene principalmente del entorno natural en el que el níquel está presente.