Carlos Losada
Porqué
¿Por qué la baraja española de naipes es así?
El diseño más extendido se lo debemos a Heraclio Fournier, padre de la baraja española moderna
Brisca, Chinchón, Escoba, Tute, Mus, Cinquillo... Quien más y quien menos ha echado una partida de cartas a cualquiera de estos juegos. Es raro el hogar que no tiene una baraja de naipes con la que pasar un buen rato en familia o con amigos. Y es que ellos han sido, son y serán artífices de buenos ratos. ¿O acaso nadie recuerda alguna tarde veraniega cantando las 40 mientras se espera a que el sol empiece a decaer para salir a la calle?
Divertidos compañeros
Los juegos de cartas nos llevan acompañando desde hace siglos. Los expertos no se deciden por el origen de las primeras barajas. Algunos las sitúan en India y otros en China e incluso en Egipto. Lo cierto es que en España ya se habla de naipes en la Edad Media.
Es más, la actual baraja española fue la primera con la que se jugó en Europa (siempre con cuatro palos), ya que de ella surgieron la alemana y la más conocida a nivel mundial: la francesa con sus diamantes, picas, tréboles y corazones.
La baraja española
Pero la que siempre nos ha acompañado por estos lares es la formada por los cuatro palos tradicionales: oros, copas, espadas y bastos. Por regla general, la baraja española se compone de 48 cartas, 12 por palo: cartas del 1 al 9 y las tres figuras (sota, caballo o caballero y rey) numeradas como 10, 11 y 12. Aunque muchas de las barajas carecen de los números 8 y 9, ya que numerosos juegos no los necesitan, de modo que solo tienen 40 naipes.
Mujer jugando a las cartas (Bigstock)Los naipes más típicos
Aunque en tu vida te habrás encontrado todo tipo de diseños de las cartas que conforman la baraja española, sabes perfectamente que uno es el que siempre prevalece. Hablamos del creado por la empresa Heraclio Fournier, que se ha convertido en el más utilizado de todos.
Pero, ¿quién fue Heraclio Fournier? Este burgalés se afincó en Vitoria a mediados del siglo XIX y puso en marcha una imprenta. Allí, en 1877 le pidió a Emilio Soubrier, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, que diseñara una baraja de cartas, la cual fue el preludio de los actuales naipes españoles pues ya contaba con las figuras clásicas que todos conocemos. Por esta baraja recibió la medalla de bronce en la Exposición Universal de París.
Asimismo, en 1889, Augusto Ríus realizó un rediseño de la misma que la asemeja aún más a la que hoy jugamos. Y fue tal el éxito que aún a día de hoy a mucha gente le resulta extraño jugar con una baraja que no tenga ese diseño.