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Practica la marcha meditativa, una forma de sincronizar el cuerpo y la mente en movimiento

Olga Selma

Foto: Bigstock

Domingo 28 de febrero de 2021

3 minutos

Practica la marcha meditativa, una forma de sincronizar el cuerpo y la mente en movimiento
Olga Selma

Foto: Bigstock

Domingo 28 de febrero de 2021

3 minutos

Si eres de las personas a las que no le gusta sentarse y cerrar los ojos para meditar, esta es una gran alternativa para entrenar la mente en la conciencia. Puede llegar a sorprendernos lo diferentes que nos sentimos cuando prestamos atención a lo que sucede a nuestro alrededor en lugar de a lo que gira en nuestra cabeza, muchas veces sin control ni sentido. La meditación nos ayuda a centrarnos en el momento presente y dejar de divagar. A tomar conciencia de nuestros pensamientos, sensaciones y emociones para reconocerlos y también soltarnos o cambiarlos por otros más convenientes. Cuanto más entrenemos nuestra mente para meditar, más sencillo nos resultará hacerlo. 

Pero para practicar la meditación no es necesario permanecer sin movernos. Caminar también puede ser una buena herramienta para familiarizarnos con la meditación, si lo hacemos redirigiendo nuestra atención al presente, en lugar de dar vueltas a los pensamientos de siempre. En este caso, nuestro objeto de enfoque no será la respiración, como hacemos con una meditación sentada, sino que nuestro enfoque el ritmo de nuestra marcha.

bigstock Practica la marcha meditativa para caminar y meditar a la vez

Cómo lo haremos

Para ello, la próxima vez que salgamos a pasear, cuando iniciemos la marcha, observemos cómo sentimos nuestro cuerpo: Tomándonos unos segundos para sentir nuestra postura corporal, sin intentar cambiar la forma en que caminamos, simplemente observándola: cómo los brazos cuelgan o se balancean, si apretamos las manos, si encojemos los hombros, cómo cambia el peso de derecha a izquierda...todos los detalles son importantes. Normalmente salimos a la calle y ni siquiera nos damos cuenta de lo que pasa alrededor, seguimos inmersos en nuestros pensamientos.

Por ello, en la marcha meditativa sintonizaremos con lo que sucede a nuestro alrededor, con los sonidos que nos llegan, los olores…las cosas que vemos. Y todo ello lo haremos sin juzgar, solo observando. Si notamos sensaciones físicas, también las reconoceremos, pero inmediatamente las dejáremos ir.

Al cabo de unos minutos de contemplar el movimiento en nuestro cuerpo, podemos fijarnos en nuestro paso y ritmo. Este ritmo es como la respiración, un lugar al que podemos regresar cuando la mente divague. Así, tan pronto como nos demos cuenta de que la mente se ha distraído, podemos volver suavemente la atención sobre nuestros pasos.

Cuanto más notemos estas cosas (nuestra forma de andar, cualquier sensación, cómo nos movemos), más nos adentramos en nuestro cuerpo. Y cuanto más estemos en el cuerpo, más conciencia tendremos sobre lo que pasa alrededor y el momento presente. Que es el objetivo de la meditación.

Si no nos es posible salir a dar un paseo largo, podemos hacer la meditación caminando en casa. Para ello, caminaremos a lo largo de una habitación o un pasillo, en línea recta, en trayectos de 10 a 20 pasos. Simplemente caminar de una punta a otra repetidamente nos permitirá notar cómo se siente el cuerpo, el movimiento y el ritmo de nuestros pasos. Cada vez que la mente divague, igual que cuando estamos en la calle o en el campo, volveremos sobre nuestros pasos.

La marcha meditativa es una práctica a la que, fácilmente, podemos dedicar 10 minutos cada día. Poco a poco nos resultará más fácil centrarnos en nuestro paseo y podremos ir beneficiándonos de la serenidad que nos aportará.

Sobre el autor:

Olga Selma

Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.

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