Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorCuando decidimos cambiar el color de nuestro pelo, ya sea para cubrir las canas o porque queremos un cambio, también deberemos adoptar nuevos hábitos que nos permitan mantener la hidratación y nutrición del cabello para que permanezca sano y fuerte. Un color perfecto no sólo depende de la coloración utilizada.
El número de personas con cabello teñido continúa creciendo y requieren un cuidado especializado para mantener el color. Debemos tener en cuenta que al modificar la capa intermedia del cabello con tintes químicos aumentamos su porosidad, por lo que se debilita, deshidrata y reseca más fácilmente y deberemos mimarlo mucho más.
Ya sea rubio, castaño o negro, el cabello teñido necesita más de atención si queremos que el color dure más tiempo en condiciones óptimas, y no pierda pierda brillo y luminosidad.
Al teñir el cabello, la capa de la cutícula se abre, lo que facilita la penetración del color. Cuando se lava el cabello demasiado pronto, la cutícula aún podría estar abierta, y el color se desvanezca con el acarado. Por lo que cuanto más esperemos para lavarse el cabello con champú después de teñirlo, más tiempo tendrá la cutícula del cabello para absorber el pigmento de color.
Usar champú y acondicionador sin sulfatos
El laureth sulfato de sodio es un tipo de detergente que se encuentra en muchos productos de cuidado personal. Este ingrediente se utiliza para ayudar a producir un efecto de espuma pero corremos el riesgo de despojar el cabello de sus aceites naturales y su humedad. En cambio, utilizar un champú y acondicionador sin sulfatos evitará que el color pierda intensidad.
Si además usamos champús específicos para cabellos teñidos, que contienen fórmulas suaves que nutren la fibra y reducen la oxidación del color, fijamos los pigmentos. Un champú protector del color mantiene el color del cabello y lo protege frente a la radiación solar, las agresiones medioambientales y el daño causado por las herramientas térmicas.
Fotografía: Apivita
Lavarse el cabello todos los días es algo que debe evitar si desea que el color de su cabello dure más tiempo, ya que al lavarlo no solo eliminamos los aceites naturales que hidratan, sino que también eliminamos un poco de tinte en el caso de los baños de color o tintes temporales.
Además, cuando se lava el cabello con agua caliente, se abre la cutícula del cabello, lo que permite que el color se desvanezca más fácilmente. El agua tibia permitirá que el champú y el acondicionador penetren y limpien, mientras que el agua fría ayudará a sellar la humedad del acondicionador.
En los tintes permanentes o mechas influye menos el lavado ya que duración del color depende, sobre todo, del crecimiento del cabello.
Intentemos lavar el pelo 2-3 veces a la semana para mantener el color y entre lavados puedes usar un champú seco, que no necesita agua ni aclarado y refrescará nuestra melena. Lo podemos utilizar incluso para añadir cuerpo y textura a tus peinados.
El principal problema del cabello coloreado es la sequedad, que se traduce en una melena áspera, apagada y sin brillo. Por ello, además de un champú y acondicionador específicos, una vez a la semana hay que aplicar una mascarilla hidratante que dejaremos actuar durante un buen rato para que penetre bien.
Fotografía: Phyto
Los expertos recomiendan utilizar protectores térmicos siempre, pero con mayor motivo si el pelo está teñido o con mechas. Los sprays protectores contra el calor ayudarán a reducir la pérdida de humedad desde el interior del cabello, suavizarán la parte exterior del cabello y protegerán su cabello de la humedad.
Las puntas son la zona del cabello que se daña con más frecuencia porque está más debilitada y su cutícula es porosa y se rompe con facilidad. También es la más externa y más expuesta a las agresiones producidas por el calor, la humedad, el peinado, etc. Cortar las puntas cada 8 semanas hará que nuestro color se vea renovado desde la raíz hasta las puntas.