España ha sufrido los efectos de la segunda ola de calor del verano; las altas temperaturas han provocado 360 muertes, según elInstituto de Salud Carlos III (ISCIII), así como numerosos incendios a lo largo de la Península.
Los incendios forestales, ya sean provocados o generados de forma natural, suponen un alto riesgo para las personas que viven cerca, que en muchas ocasiones se ven obligadas a dejar sus residencias rápidamente, pero también para aquellas personas que se los encuentran al volante.
Desde el Club Europeo de Automovilistas (CEA) recuerdan que si somos testigos del inicio de un incendio, lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto con emergencias (112) o la Guardia Civil (062) e indicar la ubicación y la dirección del fuego. Sin embargo, ¿cómo debemos reaccionar cuando lo encontramos mientras conducimos y a escasos metros de nosotros?
Recomendaciones
La primera recomendación es "mantener la calma", ya que los nervios no son buenos en ninguna situación, sobre todo si nos encontramos al volante, pues cualquier maniobra brusca podría provocar algún accidente.
Seguidamente, debemos ponernos en contacto con los servicios de emergencia, quienes nos informarán de si es seguro continuar por esa misma carretera o, en caso contrario, cuáles son las maniobras oportunas que tendremos que realizar.
Encender los faros y las luces de emergencia: a pesar de que las llamas ya generan una gran luminosidad y los focos en realidad, en este caso, incrementan la dificultad de visibilidad, ayudarán a advertir a otros conductores y a que nos localicen. En el caso de que el humo llene la vía pero el incendio se mantenga alejado, lo recomendable será conducir "igual que en caso de niebla".
Siempre es recomendable llevar en el coche botellas de agua y el teléfono bien cargado, pero en una situación como esta lo es todavía más, ya que los imprevistos y los altercados pueden surgir en cualquier momento del viaje.
Reducir la velocidad y mantener la distancia de seguridad. Si el humo es demasiado intenso, esperaremos a que se disipe para poder buscar un lugar seguro en el que parar y abandonar el coche. Una vez fuera, deberemos caminar en dirección contraria al viento, cubriéndonos las vías respiratorias con un pañuelo y envolviéndonos en ropa de lana u algodón, evitando a toda costa los plásticos.
Evitar el foco del fuego, es decir, no atravesar las llamas con el coche ya que un vehículo, además de estar repleto de sustancias inflamables, como el combustible, puede soportar hasta una determinada temperatura.
Seguir las instrucciones de los servicios de emergencia en todo momento.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.