Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEn primavera, el sol ocupa posiciones suficientemente elevadas como para que la incidencia de la radiación ultravioleta sobre la piel sea muy directa, por lo que debemos empezar a tomar medidas de protección. Tal y como indica la Fundación Piel Sana, se conoce como fototipo a la capacidad de la piel para responder a la radiación UV, y en función de nuestro fototipo adoptaremos medidas de protección más estrictas.
La gente de fototipos más bajos (personas de piel muy clara y pelo rubio o pelirrojo) tiene menor protección natural contra el sol, de forma que el sol nos hará más daño cuanto más clara tengamos la piel y cuanto más rato estemos, sobre todo en las horas y lugares en los que llegan más rayos UV, y si no estamos acostumbrados.
Pero nadie mejor que uno mismo para observar cuánto tiempo podemos estar al sol antes de empezar a quemarnos. Se calcula que en España te puedes quemar al cabo de una hora de tomar el sol, pero en las personas de piel clara, 15 minutos puedes ser suficientse. Por ello, si queremos alargar el tiempo que tomamos el sol o exponernos durante las horas de más radiación, necesitamos usar un protector solar.
El ingrediente principal de las cremas protectoras son los filtros, que dificultan que la radiación UV penetre en la piel (tanto los rayos UVB como los rayos UVA).
Los hay de dos grandes tipos: los filtros químicos son compuestos orgánicos que absorben la radiación UV, pero al tratarse de sustancias sintéticas y artificiales, pueden causar alergias en pieles sensibles. En cambio, los filtros físicos son una materia particulada mineral que refleja o dispersa las radiaciones (es decir, son como espejos que hacen de barrera a todos los rayos UVB, UVA e infrarrojos), químicamente inertes y por lo tanto inocuos en nuestra piel. Actúan inmediatamente después de aplicarlos en la piel y más cuestan de extender que los químicos, aunque las nuevas formulaciones siguen mejorando las texturas y no causan alergias, por lo que son adecuados para las personas con piel sensible o tendencia a la dermatitis y para los niños. Podemos encontrar diversos productos de farmacia con filtros minerales de gran caldiad.
Debemos tener en cuenta que los filtros solares son muy efectivos en evitar quemaduras, pero no tanto en evitar el resto de los efectos nocivos de los rayos. Por ello, una crema protectora puede llevar más de un filtro, y de varios tipos; además de otros ingredientes que cumplen funciones diversas como hidratar, dar color o actuar como una crema antienvejecimiento. Además, la mayoría de las cremas solares llevan ingredientes con vitaminas A, C y E, que ayudan a contrarrestar los efectos perjudicial de los radicales libres. Son vitaminas que ya están presentes en la piel de forma natural, pero si recibimos muchos rayos UV se agotan y es bueno reponerlas.
Para otorgar un factor de protección solar (FPS) a una crema se mide la capacidad que tiene para retrasar las quemaduras del sol; cuanto más alto sea el FPS más protección tendremos. Pero la Comisión Europea recomienda que las etiquetas de los productos solares deben advertir que la sobreexposición al sol es un riesgo importante y que ninguna crema protege al 100%, sea del factor que sea.
En cuanto a la resistencia al agua de algunas cremas, debemos saber que éstas siguen siento efectivas incluso si pasamos 40 minutos en el agua, pero todas las autoridades sanitarias aconsejan volverse a poner crema después de bañarse.