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Practicopedia
Así debe ser la ropa de cama para dormir fresquito en verano
Pautas a seguir si no se dispone de aire acondicionado o se prefiere no usarlo durante la noche
Estamos en plena ola de calor dentro del verano más cálido que se recuerda desde que existen registros. En principio descansar por las noches y abrazar un reparador sueño se antoja complicado. Hay noches en las que el termómetro no baja de los 25 grados, incluso más, en las que la desesperación se apodera de cualquiera, sin embargo existen sencillos trucos con los que, si bien no pasaremos nunca frío, sí podremos descansar más y mejor. Es importante sobre todo prestar atención a la ropa de dormir sabiendo que es mejor utilizar pijamas o camisones holgados, de algodón o lino, que no se ajusten al cuerpo y de materiales sintéticos
Para aquellos que disponen de aire acondicionado en casa, la solución la tienen fácil porque puede ser la opción perfecta para combatir las noches más calurosas. Eso sí, se ha de hacer un buen uso: no debemos tener el flujo de aire apuntándonos directamente durante la noche, ni bajar la temperatura excesivamente o tener los filtros sucios.
Pero centrémonos en aquellos hogares que no tienen aire acondicionado (o no se quiere usa por la noche), ¿cómo pueden conseguir conciliar el sueño a pesar del calor?
Trucos para lograr dormir cuando el calor aprieta
Mantener el ritmo
Mejor evitar en los días de mayor calor variar en exceso nuestra rutina o hábitos. Es decir, debemos irnos a dormir a la misma hora y muy aconsejable no hacer siesta ya que llegaremos a la noche con menos sueño y eso no nos ayudará.
Un espacio fresco
Durante el día se han de tener en cuenta unas recomendaciones para que la habitación se mantenga lo más fresca posible: mantener las cortinas corridas y las persianas bajadas para que no entre el sol. Además, no abrir las ventanas si les da el sol directo para evitar que entre aire caliente. Eso sí, unos 20 minutos antes de irnos a dormir, abriremos las ventanas para que se refresque el ambiente y, con suerte, que entre la brisa.
Siempre cómodos
Mejor si usamos pijamas o camisones holgados, de algodón o lino, que no se ajusten al cuerpo y de materiales sintéticos. Y, por lo que respecta a las sábanas, también mejor de algodón y de lino, lo más delgadas posibles para que permitan la transpiración del cuerpo lo que ayuda a mitigar el calor.
Todo ayuda
Un ventilador, por pequeño que sea, puede ser de utilidad para reducir el calor, sobre todo en climas húmedos. Facilita que se evapore el sudor por lo que ayuda al cuerpo a regular la temperatura interna.
Bien hidratados
Hemos de beber suficiente agua durante todo el día para que estemos bien hidratados. Y si optamos por otras bebidas, mejor que no sean calientes porque subiría la temperatura de nuestro cuerpo, cosa que no queremos que ocurra.
Además, mejor evitar el alcohol, café y tabaco porque son estimulantes y no contribuirán a que conciliemos el sueño.
Una ducha templada
Para los días de más calor, es aconsejable antes de ir a dormir darnos una ducha con agua templada para relajarnos. Evitaremos el agua caliente que nos subiría la temperatura corporal o la fría que reduciría la capacidad de sudar y, por tanto, de reducir el calor.
El deporte antes
Evitar hacer ejercicio justo antes de dormir porque nos activaría la mente lo que tampoco contribuiría a conciliar mejor el sueño.
Y lo mismo sucede con el uso de tablets y móviles antes de dormir. Las luces de estos equipos retrasan la segregación de melatonina, la hormona que induce el sueño.