Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorEl queso se disfruta mejor fresco para maximizar su sabor y textura, pero a veces no es posible consumirlo dentro de la fecha de caducidad y nos preguntamos si podemos congelarlo para consumirlo más adelante, como hacemos con otros alimentos. Ya que la congelación es una forma eficaz de aumentar la vida útil de los alimentos, reducir el desperdicio y ahorrar dinero.
Aunque existe el debate sobre la conveniencia de congelar el queso, técnicamente, cualquier queso puede congelarse, pero algunas variedades responden mejor que otras a la congelación y el proceso afecta a la textura y calidad del queso, en muchos casos.
Cuando el queso se congela, se forman pequeños cristales de hielo en el interior, que alteran la estructura interna del queso. Cuando se descongela, se libera agua, lo que hace que el producto se seque, se desmorone y cambie su textura. Además, la congelación inactiva los microbios del queso, como las bacterias, las levaduras y el moho, lo puede evitar que estos quesos maduren correctamente cuando se descongelan, disminuyendo su calidad sensorial.
Como regla general, es mejor congelar los quesos que están diseñados para usarse en platos cocinados en lugar de comerlos frescos. Los quesos duros y semiduros como el cheddar, el suizo tipo gouda, gruyere, emmental, edam, etc., se pueden congelar, pero su textura a menudo se vuelve harinosa y después serán más difíciles de cortar. Los semicurados son los que mejor soportan la congelación, además de aguantar bien en cuanto a aroma y sabor. El queso manchego semicurado entra en esta categoría. El queso para pizza también es adecuado para congelar, particularmente el queso para pizza rallado. Aún así, su textura y propiedades pueden verse afectadas.
Los quesos duros rallados como el parmesano y el romano se pueden congelar, pero es más sensato guardarlos en el refrigerador, donde se conservarán hasta por 12 meses.
En general, los quesos artesanales con sabores y aromas delicados no se congelan bien y es mejor comprarlos en porciones más pequeñas y comerlos frescos. Tampoco se recomienda la congelación de los quesos frescos como el requesón, la ricota y el quark debido a su alto contenido de humedad.
De manera similar, los quesos blandos y maduros, como el brie, el camembert, la fontina… se consumen mejor frescos y se pueden madurar en el refrigerador. En cuanto a los quesos procesados y los quesos para untar no son aptos para congelar ya que perderían su textura.